La principal causa es la falta de colegios públicos para menores de 3 años. Sobre todo en las provincias con menos recursos.
Desde hace tiempo se viene hablando en la Argentina sobre la “privatización” de la educación. Se hace referencia al abandono de buena parte de la clase media de las escuelas primarias y secundarias estatales y también de la irrupción de ciertas universidades pagas. Nuevos datos oficiales muestran, sin embargo, que el nivel educativo más “privatizado” no es ninguno de los anteriores sino el inicial: el jardín de infantes.
Uno de cada tres chicos que asiste al jardín hoy en el país (el 32,6%) lo hace en uno privado. En la primaria un 27% de los alumnos va a escuelas pagas, y en la secundaria un 28%. De acuerdo a los especialistas, el principal motivo de la “privatización” del jardín no es la oferta pedagógica ni ninguna otra consideración, sino la falta de suficiente oferta estatal, sobre todo para los chicos menores de 3 años -para quienes la ley no lo exige como universal ni obligatorio- y en las provincias de menores recursos.
En sala de 2, por ejemplo, 6 de cada 10 chicos van a jardín privado. Y entre los de 45 días a 2 años más de la mitad. Los datos surgen de un nuevo informe del Observatorio Argentinos por la Educación, con los últimos datos oficiales.
En esta infografía se ve cómo la presencia de la matrícula estatal tiene más presencia a medida que se sube en la edad de los chicos:
Además de escasa, la oferta es muy desigual entre las distintas provincias. En sala de 3, hay 11 distritos en donde predomina claramente la oferta privada. Los mayores niveles de privatización se ven en Cuyo: en San Juan, 9 de cada 10 chicos escolarizados están matriculados en el sector privado (92,9%), mientras que en Mendoza la situación es similar (85,5%). En San Luis también predomina el sector privado (53,5%).
Una clase en un jardín de infantes. foto Silvana Boemo / Archivo
Para Rut Kuitca, de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) Argentina, el principal motivo de la privatización de la educación inicial es que no es obligatoria para menos de 4 años. “El Estado generó más vacantes en salas de 4 y 5 a partir de que la ley lo empezó a exigir. La mayoría de las familias eligen jardín privado cuando no tienen una oferta estatal a mano”, le dijo Kuitca a Clarín.
Verona Batiuk , especialista en Educación Infantil de la OEI, prefiere analizar el problema en perspectiva histórica. “La primera infancia históricamente estuvo reservada al espacio familiar, a lo privado más que lo público. Y el ámbito escolar casi estaba restringido a la clase media urbana. Esto cambia con la incorporación de la mujer al mercado laboral”, afirma.
Para Batiuk el Estado debe seguir avanzando en la obligatoriedad, pero con un plan “razonable”, a largo plazo. “Desde las neurociencias ya se comprobó que el 80% del desarrollo cerebral ocurre en los primeros 3 años de edad. Además, la Convención de los Derechos del Niño -ratificada por 90 países- establece la educación infantil como un derecho. Y también argumentos económicos a favor de promover el nivel inicial. Diversas investigaciones mostraron que es una de las inversiones con mayor retorno: por cada dólar invertido se obtienen hasta 17 en el largo plazo. Con educación inicial quienes nacen en la pobreza tienen mayores oportunidades para superarlas y criar mejor a sus hijos”, afirma la especialista.
Una clase en un jardín de infantes. foto Silvana Boemo / Archivo
Otros datos que muestra el informe del Observatorio es que en Capital, el 61% de los chicos que van a sala de 3 lo hacen en jardines privados. En Provincia es casi al revés: el 58,9% va a colegios estatales. También hay un contraste marcado entre Santa Fe y Córdoba: en la primera predomina la matrícula privada (51,5%), que es minoritaria en Córdoba (28,6%). En el Norte, la provincia con mayor predominio de matrícula privada entre los chicos de 3 años escolarizados es Formosa (75,1%), seguida de Tucumán (55,7%), Misiones (53,9%) y Jujuy (53,7%).
Los expertos coinciden en la importancia de contar con estos datos, para poder avanzar en mejores políticas para la educación infantil. “No existen soluciones mágicas. En el país, hay diversos formatos de cuidado y enseñanza de la primera infancia y hay que pensar en formas flexibles para llegar a la mayor cantidad de familias”, concluye Batiuk.
Preocupación por la calidad de la enseñanza
Además de las asimetrías en las provincias, la oferta educativa de nivel inicial tiene estándares de calidad muy diferentes. En el país hay diversos formatos de cuidado y enseñanza para la primera infancia, desde escuelas formales –públicas y privadas- que dependen de Educación hasta espacios de Desarrollo Social - nacional, provincial o municipal-, o comunitarios. También ONGs que se ocupan del tema o las empresas donde trabajan los padres.
Para los expertos , lo importante es lograr articular todas estas ofertas. El objetivo es que no solo se persiga una mayor cobertura sino que se establezcan estándares de calidad mínimos. Hay discrepancias con respecto a si es necesario contar con docentes. Para Verona Batiuk, de la OEI, eso no garantiza necesariamente la calidad y lo importante es sostener la formación continua de los 90.000 maestros que hoy trabajan en el nivel inicial. Para Rut Kuitca de OMEP, en cambio, “no está mal que convivan los formatos, pero siempre que haya allí docentes trabajando.”
Fuente: Clarín
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