El tren de laminación de rieles que le falta a la Argentina para renovar el sistema ferroviario funcionó hace años en Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa), la empresa que compró Techint, junto a la chilena Cap y las brasileñas Usiminas y Vale do Río Doce. Dejó de funcionar poco después de la privatización, en 1992, y sus partes fueron a Brasil.
Esa instalación siderúrgica, que entregaba las toneladas necesarias para realizar los recambios de rieles de la Argentina, dejó de funcionar poco después de la privatización, en octubre de 1992, y sus partes fueron a parar a Brasil. Hasta allí llegaban las relaciones comerciales de la nueva empresa, que se llamó Aceros Paraná S.A.
La venta de la empresa estatal, que había sido propuesta unos años antes por los técnicos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), pateó el tablero de la siderurgia local. Aún tras los desmanejos de la última dictadura, Somisa lideraba en 1989 las exportaciones del sector: tenía el 48% de ellas. Además, sus ventas al exterior estaban por encima de las de Cargill, Siderca, YPF y Acindar, según “Somisa: una industria en reconversión”, de Juan González
A diferencia de lo que ocurrió en la Argentina, en China se vivió un proceso inverso: pasaron de no tener trenes a convertirse en competidores mundiales en la producción de rieles y material rodante. Ese lugar se lo ganó en base a la necesidad de desarrollar un sistema de transporte rápido, seguro y económico en todo su territorio
Ayer, una de las empresas que se presentó en el Salón General Belgrano del Ministerio de Economía a escuchar el anuncio oficial fue Ternium-Siderar, del Grupo Techint. Y en MercadoLibre se conseguía por $800 un trozo del primer riel laminado en la planta de Somisa, en 1964.
Fuente: Soy Ferroviario
Esa instalación siderúrgica, que entregaba las toneladas necesarias para realizar los recambios de rieles de la Argentina, dejó de funcionar poco después de la privatización, en octubre de 1992, y sus partes fueron a parar a Brasil. Hasta allí llegaban las relaciones comerciales de la nueva empresa, que se llamó Aceros Paraná S.A.
La venta de la empresa estatal, que había sido propuesta unos años antes por los técnicos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), pateó el tablero de la siderurgia local. Aún tras los desmanejos de la última dictadura, Somisa lideraba en 1989 las exportaciones del sector: tenía el 48% de ellas. Además, sus ventas al exterior estaban por encima de las de Cargill, Siderca, YPF y Acindar, según “Somisa: una industria en reconversión”, de Juan González
A diferencia de lo que ocurrió en la Argentina, en China se vivió un proceso inverso: pasaron de no tener trenes a convertirse en competidores mundiales en la producción de rieles y material rodante. Ese lugar se lo ganó en base a la necesidad de desarrollar un sistema de transporte rápido, seguro y económico en todo su territorio
Ayer, una de las empresas que se presentó en el Salón General Belgrano del Ministerio de Economía a escuchar el anuncio oficial fue Ternium-Siderar, del Grupo Techint. Y en MercadoLibre se conseguía por $800 un trozo del primer riel laminado en la planta de Somisa, en 1964.
Fuente: Soy Ferroviario
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