La mujer policía que acudió a socorrer en el incendio de Virrey Liniers al 800 está fuera de peligro

PAMELA ZAPATA (24) ACUDIÓ A UN PEDIDO DE AUXILIO QUE INGRESÓ POR EL 911 Y ESTABA AYUDANDO CON BALDES A APAGAR EL FUEGO EN UNA CASA DE VILLA SARMIENTO. PERO LAS LLAMAS HICIERON COLAPSAR EL SISTEMA DE GAS Y LA AFECTARON DIRECTAMENTE. HOY SE RECUPERA EN UN SANATORIO PRIVADO Y ASEGURA: “ESTOY ORGULLOSA DE MI TRABAJO”
Eran las 23.30 y terminaba de asistir en otro siniestro que se había desatado en la zona. Pero al tomar intervención los bomberos voluntarios, el protocolo les indica que pueden abandonar el lugar para continuar con el patrullaje en las calles adjudicadas. Sólo recorrió un par de cuadras cuando escuchó en el radio del móvil policial un pedido de ayuda proveniente de la calle Virrey Liniers 867, en Villa Sarmiento. Junto a su compañero, como estaban en zona, viajaron hasta allí.

Al llegar al domicilio, los oficiales Pamela Zapata y Matías Alaniz se encontraron con la desesperación de los vecinos: la finca que ardía en llamas y supuestamente adentro un anciano atrapado. Como los bomberos estaban atendiendo el otro siniestro, los propios habitantes de la cuadra comenzaron a arrojar agua hacia adentro de la cocina para intentar calmar la furia del fuego. La gente había abierto la reja de un garaje, luego rompieron los vidrios de una ventana y, entre todos, arrojaban los baldazos.

En ese momento se escuchó una ligera explosión y todos decidieron salir, por recomendación de los agentes. “Salgamos porque esto va a explotar”, dijo Alaniz. Zapata fue la última en retirarse porque delante suyo intentaba salir a una mujer mayor, a la que asistió. Pero al pisar la vereda estalló el horno de barro que tenía la vivienda y la onda expansiva llegó hasta afuera de la casa. Las llamas directamente fueron hacia el brazo derecho de la mujer policía y a parte de su rostro. Nunca perdió el conocimiento, por eso recuerda que “sentí que se me derretía el cuerpo”, según le confiesa a Primer Plano On Line. En ese momento, su coequiper la cargó en el vehículo y la llevó de urgencia al Instituto Güemes, de Haedo, donde constataron la gravedad de las lesiones que recibió.
Pamela con su pequeña hija de 4 años, a quien recién volverá a ver el próximo sábado

La agente Zapata padeció quemaduras de primer, segundo y tercer grado, y la parte más complicada es el brazo derecho, que todavía mantiene inmóvil. También tuvo lesiones delicadas en el rostro, perdió gran parte de su pelo, y el fuego le atacó el omóplato y parte del brazo izquierdo. Pero gracias a la intervención de los médicos del hospital público y luego de la Clínica Fitz Roy, a donde fue derivada por la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART), lentamente se va recuperando. Aún no está claro si tendrá secuelas.

“Estoy entrando cada tres días a quirófano para que me realicen la limpieza que necesitan las heridas y los médicos todavía no me hablan sobre si voy a poder volver a trabajar”, expresa la oficial, que ya tuvo tres operaciones en el brazo y una cirugía de reconstrucción en el rostro. Zapata, además de agente de la Policía Local de Morón, es mamá de una nena de 4 años, a la que recién podrá volver a ver el sábado que viene, según le prometieron los profesionales que la asisten en el sanatorio, que tiene un sector especializado en quemaduras.

“Estoy orgullosa de mi trabajo y quiero recuperarme para volver a estar en la calle a disposición de los vecinos”, concluye la funcionaria pública, que también agradece que el intendente Ramiro Tagliaferro se haya puesto a su disposición desde un primer momento, al igual que sus jefes directos en la fuerza. Y por supuesto a su compañero Matías Alaniz, que gracias a su rápida reacción terminó salvándola.

Fuente: Primer Plano

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