Un joven holandés eliminó de su dieta las bebidas alcohólicas, la comida chatarra y los azúcares agregados para constatar sus efectos sobre el organismo.
¿Qué pasaría si abandonáramos de golpe la mala alimentación y dejáramos de ingerir azúcar, comida chatarra y de consumir alcohol? ¿Cómo respondería nuestro cuerpo? Una productora holandesa (LifeHunters) decidió hacer la prueba junto a Sacha Harland, un conejillo de indias que se sometió a una estricta dieta durante un mes y que cuenta en primera persona cómo se va sintiendo día a día. El cansancio que refiere al principio luego deja paso a un mejor estado anímico que al concluir el experimento parece ser total. En el camino, Harland perdió varios kilos y su salud mejoró en muchos aspectos.
El joven encargado de poner a prueba la estricta dieta sin azúcares agregados, alcohol, ni comida basura se sometió ante las cámaras a un escrupuloso examen médico previo que demostró que, a pesar de tener un estado de salud bueno, tenía el colesterol un poco alto. El video muestra algunos de los productos que Harland va a tener que dejar de consumir porque aportan azúcares agregados, algunos en gran cantidad para el organismo. Los primeros días el "conejillo" sobrevive a base de fruta, yogur y huevos y reconoce que está de mal humor. Harland además evidencia ante la cámara la dificultad que tiene para comer sano fuera de casa e incluso habla con una experta que analiza (y critica) la potente industria alimentaria imperante.
Tras el bajón inicial que el joven dice sentir, la energía vuelve poco a poco. Harland reconoce que se siente cada vez mejor y que, incluso, le cuesta menos despertarse. Al mes de empezar la dieta la balanza confirma que bajó cuatro kilos de peso, su presión sanguínea descendió, al igual que el colesterol, y dice sentirse con más energía. Parece que el balance inicial del experimento es positivo.
El joven encargado de poner a prueba la estricta dieta sin azúcares agregados, alcohol, ni comida basura se sometió ante las cámaras a un escrupuloso examen médico previo que demostró que, a pesar de tener un estado de salud bueno, tenía el colesterol un poco alto. El video muestra algunos de los productos que Harland va a tener que dejar de consumir porque aportan azúcares agregados, algunos en gran cantidad para el organismo. Los primeros días el "conejillo" sobrevive a base de fruta, yogur y huevos y reconoce que está de mal humor. Harland además evidencia ante la cámara la dificultad que tiene para comer sano fuera de casa e incluso habla con una experta que analiza (y critica) la potente industria alimentaria imperante.
Tras el bajón inicial que el joven dice sentir, la energía vuelve poco a poco. Harland reconoce que se siente cada vez mejor y que, incluso, le cuesta menos despertarse. Al mes de empezar la dieta la balanza confirma que bajó cuatro kilos de peso, su presión sanguínea descendió, al igual que el colesterol, y dice sentirse con más energía. Parece que el balance inicial del experimento es positivo.
Fuente: Clarin
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