“Las líneas Mitre y Sarmiento están en una situación muy mala producto del incumplimiento del concesionario de Trenes de Buenos Aires”, fue una de las tantas frases que arrojó el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, durante una entrevista que publicó el matutino porteño Página/12 el domingo 13.
Entre la asunción del kirchnerismo en 2003 y el reconocimiento de Randazzo, en medio se produjo la toma y quema de varias estaciones, como la de Haedo, la detención durante 72 horas del sindicalista Rubén “Pollo” Sobrero, acusado de liderar las quemas (causa de la que fue sobreseído hace quince días), y, por último, la denominada Tragedia de Once ocurrida el 22 de febrero de 2012 y que dejó como saldo 51 muertos y 703 heridos.
Recién luego del accidente, el Gobierno Nacional entendió que debía intervenir fuertemente. También, que las quemas no tenían un motivo político sino el hartazgo de los pasajeros y que los reclamos de Sobrero eran justos.
Días después de anunciar una inversión de 514 millones de dólares para renovar todas las formaciones de los ramales Mitre y Sarmiento, Randazzo admitió al mismo medio que el soterramiento está parado porque “faltaba el financiamiento que debían acercar las empresas porque la propuesta inicial que presentaron era muy cara. Ahora se va a financiar con recursos del Banco de Desarrollo de Brasil. La obra tiene que arrancar”.
La mirada del gobierno giró a tal punto que a fines de diciembre, Randazzo recibió al entonces “incendiario” Sobrero, luego de que ganara la conducción de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria.
Durante la noche del 21 al 22 de esta semana, familiares de víctimas de la tragedia pidieron una vez más que se llame a indagatoria al ministro de Planificación, Julio de Vido, y realizaron duras críticas.
Fuente: Diario Anticipos
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