Este año ya hubo 20 días de paro, y muchos hospitales funcionan con varias deficiencias.
Veinte días de paro en lo que va del año y la amenaza de instalar una carpa blanca frente al Congreso. A simple vista, la disputa con los médicos bonaerenses que tiene el gobierno de María Eugenia Vidal es casi calcada a la de los docentes y podría ser un nuevo frente de conflictividad. Sin embargo, el reclamo por un aumento por encima del 18% que ofrece Vidal es sólo la superficie de un conflicto de décadas que acarrea ineficiencias estructurales y de recursos humanos.
Por ello, el Gobierno apela a una nueva estrategia para resolverlo -las negociaciones por paritarias son a puertas cerradas- y a encauzar con mesas de diálogo las problemáticas de fondo de un sistema de salud descascarado.
La crisis de la salud, el otro conflicto que complica a Vidal. Foto: Archivo / Santiago Hafford
Vidal quiere correr del medio las cuestiones salariales y atacar los problemas de fondo, pero es difícil hacer uno sin el otro: el motivo principal de la fuga de médicos hacia el sistema privado o el de la ciudad de Buenos Aires es por la disparidad salarial.
"Todavía nos deben la paritaria del tercer trimestre del año pasado y falta empezar a negociar la de este año", sintetizó a LA NACION Fernando Corsiglia, presidente de Cicop, la sigla de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud, que viene impulsando las medidas de fuerza.
"Primero tenemos que recomponer el salario. Pedimos un mínimo de 40% de aumento, para dejar el sueldo básico en $ 23.000 (hoy es de $ 16.000, por 36 horas semanales). Hay muchos faltantes de personal, tenemos una demanda muy alta y áreas en situación crítica. No se cubren todos los días de guardia", dijo Corsiglia. Hoy el Ministerio de Salud cuenta con 58.000 empleados, de los cuales 20.000 son médicos.
En el Ministerio de Trabajo bonaerense pintan otra situación: los médicos y profesionales de la salud ya cobran el 18% de aumento por su condición de empleados públicos. Lo que falta solucionar es el reclamo de Cicop que engloba casi a un tercio de los profesionales de la salud. Por este motivo, se descuentan los días de paro. El acatamiento es dispar en los consultorios externos y las guardias siguen funcionando.
"Hoy no estamos en condiciones de ofrecer un 40% de aumento, aunque Cicop tampoco hizo ninguna propuesta. Podríamos acordar algo similar a los docentes, un 20% y siempre la cláusula gatillo. También algún bono que compense las pérdidas del 2016", anticipó a LA NACION el ministro de Trabajo, Marcelo Villegas.
A puertas cerradas
Fuentes del Ministerio de Salud revelaron que el jueves se hará la primera negociación salarial entre médicos y el ministerio. Será a puertas cerradas para "evitar el desgaste mediático que ocurrió con los docentes" y, mientras, estarán suspendidas las medidas de fuerza. Si el encuentro da frutos, se convocará a una reunión de carácter público el 11, para oficializar el acuerdo. Si no se alcanza, Cicop avanzaría con la colocación de una carpa sanitaria frente al Congreso.
En simultáneo, a partir de la semana que viene se realizarán mesas técnicas públicas para discutir las condiciones laborales, la seguridad en los hospitales y la disponibilidad de recursos humanos. El Gobierno quiere zanjar la cuestión paritaria para apuntalar estos temas pero uno de los principales problemas que afronta la salud pública bonaerense es la falta y fuga de médicos hacia el sistema privado o incluso hacia la ciudad de Buenos Aires, que ofrece entre un 30% y un 40% más de paga. Un claro ejemplo de esta situación está en el Bocalandro, ubicado en Tres de Febrero: la guardia de pediatría no abre los fines de semana porque no hay nadie que quiera cubrir el puesto.
Hoy dependen de la provincia de Buenos Aires 79 hospitales. De acuerdo al director del área, Leonardo Busso, en diciembre de 2015, 53 requerían importantes modificaciones y reformas y cuatro debían ser reemplazados completamente.
"Hicimos un plan de salvataje inicial. Llevamos invertidos $ 1300 millones en áreas críticas y duplicamos el presupuesto destinado a insumos. Nos pusimos al día con la deuda a los proveedores que acumulaba cerca de nueve meses", enumeró Busso. "Y hacen falta 700 médicos para cubrir los cupos de guardia. Hay 700 camas cerradas por falta de personal o equipos, que queremos recuperar", agregó. Según sus cálculos, para poder equilibrar completamente el sistema de salud de la provincia hace falta invertir $ 18.000 millones durante una década.
Un caso emblemático es el Hospital Eva Perón (Castex), de alta complejidad, en el municipio de San Martín, que cumplió 63 años la semana pasada. Caminar por sus pasillos es un viaje en el tiempo: los pisos y parte de las paredes están recubiertos de mármol, los techos son altos y las escaleras fastuosas. Las paredes están descascaradas, muchos radiadores están completamente oxidados y no funcionan, a los asientos les faltan los respaldos y de la sala de guardia pediátrica cuelga un caño que apenas titila con un resplandor mortecino.
Los pasillos son oscuros y las camas de terapia intensiva, antiquísimas. El hospital alberga 1400 empleados y recibe 70.000 consultas, sólo de guardia. "La situación edilicia es complicada. Recién este año se construyó una guardia nueva (una obra que está a punto de finalizarse y llevaba pendiente años) y en insumos estamos bien. Nos faltan recursos humanos", sintetizó Amelia Franchi, directora del Castex.
La paritaria de los médicos es un potencial frente de complicaciones para Vidal. No sólo por los paros, que retrasan las consultas, sino porque pone en evidencia la decadencia de un sistema de salud que aprieta cada vez más a los usuarios y profesionales.
LA NACION Salud
Por ello, el Gobierno apela a una nueva estrategia para resolverlo -las negociaciones por paritarias son a puertas cerradas- y a encauzar con mesas de diálogo las problemáticas de fondo de un sistema de salud descascarado.
La crisis de la salud, el otro conflicto que complica a Vidal. Foto: Archivo / Santiago Hafford
Vidal quiere correr del medio las cuestiones salariales y atacar los problemas de fondo, pero es difícil hacer uno sin el otro: el motivo principal de la fuga de médicos hacia el sistema privado o el de la ciudad de Buenos Aires es por la disparidad salarial.
"Todavía nos deben la paritaria del tercer trimestre del año pasado y falta empezar a negociar la de este año", sintetizó a LA NACION Fernando Corsiglia, presidente de Cicop, la sigla de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud, que viene impulsando las medidas de fuerza.
"Primero tenemos que recomponer el salario. Pedimos un mínimo de 40% de aumento, para dejar el sueldo básico en $ 23.000 (hoy es de $ 16.000, por 36 horas semanales). Hay muchos faltantes de personal, tenemos una demanda muy alta y áreas en situación crítica. No se cubren todos los días de guardia", dijo Corsiglia. Hoy el Ministerio de Salud cuenta con 58.000 empleados, de los cuales 20.000 son médicos.
En el Ministerio de Trabajo bonaerense pintan otra situación: los médicos y profesionales de la salud ya cobran el 18% de aumento por su condición de empleados públicos. Lo que falta solucionar es el reclamo de Cicop que engloba casi a un tercio de los profesionales de la salud. Por este motivo, se descuentan los días de paro. El acatamiento es dispar en los consultorios externos y las guardias siguen funcionando.
"Hoy no estamos en condiciones de ofrecer un 40% de aumento, aunque Cicop tampoco hizo ninguna propuesta. Podríamos acordar algo similar a los docentes, un 20% y siempre la cláusula gatillo. También algún bono que compense las pérdidas del 2016", anticipó a LA NACION el ministro de Trabajo, Marcelo Villegas.
A puertas cerradas
Fuentes del Ministerio de Salud revelaron que el jueves se hará la primera negociación salarial entre médicos y el ministerio. Será a puertas cerradas para "evitar el desgaste mediático que ocurrió con los docentes" y, mientras, estarán suspendidas las medidas de fuerza. Si el encuentro da frutos, se convocará a una reunión de carácter público el 11, para oficializar el acuerdo. Si no se alcanza, Cicop avanzaría con la colocación de una carpa sanitaria frente al Congreso.
En simultáneo, a partir de la semana que viene se realizarán mesas técnicas públicas para discutir las condiciones laborales, la seguridad en los hospitales y la disponibilidad de recursos humanos. El Gobierno quiere zanjar la cuestión paritaria para apuntalar estos temas pero uno de los principales problemas que afronta la salud pública bonaerense es la falta y fuga de médicos hacia el sistema privado o incluso hacia la ciudad de Buenos Aires, que ofrece entre un 30% y un 40% más de paga. Un claro ejemplo de esta situación está en el Bocalandro, ubicado en Tres de Febrero: la guardia de pediatría no abre los fines de semana porque no hay nadie que quiera cubrir el puesto.
Hoy dependen de la provincia de Buenos Aires 79 hospitales. De acuerdo al director del área, Leonardo Busso, en diciembre de 2015, 53 requerían importantes modificaciones y reformas y cuatro debían ser reemplazados completamente.
"Hicimos un plan de salvataje inicial. Llevamos invertidos $ 1300 millones en áreas críticas y duplicamos el presupuesto destinado a insumos. Nos pusimos al día con la deuda a los proveedores que acumulaba cerca de nueve meses", enumeró Busso. "Y hacen falta 700 médicos para cubrir los cupos de guardia. Hay 700 camas cerradas por falta de personal o equipos, que queremos recuperar", agregó. Según sus cálculos, para poder equilibrar completamente el sistema de salud de la provincia hace falta invertir $ 18.000 millones durante una década.
Un caso emblemático es el Hospital Eva Perón (Castex), de alta complejidad, en el municipio de San Martín, que cumplió 63 años la semana pasada. Caminar por sus pasillos es un viaje en el tiempo: los pisos y parte de las paredes están recubiertos de mármol, los techos son altos y las escaleras fastuosas. Las paredes están descascaradas, muchos radiadores están completamente oxidados y no funcionan, a los asientos les faltan los respaldos y de la sala de guardia pediátrica cuelga un caño que apenas titila con un resplandor mortecino.
Los pasillos son oscuros y las camas de terapia intensiva, antiquísimas. El hospital alberga 1400 empleados y recibe 70.000 consultas, sólo de guardia. "La situación edilicia es complicada. Recién este año se construyó una guardia nueva (una obra que está a punto de finalizarse y llevaba pendiente años) y en insumos estamos bien. Nos faltan recursos humanos", sintetizó Amelia Franchi, directora del Castex.
La paritaria de los médicos es un potencial frente de complicaciones para Vidal. No sólo por los paros, que retrasan las consultas, sino porque pone en evidencia la decadencia de un sistema de salud que aprieta cada vez más a los usuarios y profesionales.
LA NACION Salud
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