Un herido y dos detenidos fue el saldo de un enfrentamiento, esta mañana, por la disputa de un puesto de venta ambulante en la estación de trenes de Morón, entre dos bandos de una misma familia. La Policía detuvo a Cristian Salinas, en tanto que Javier Salinas terminó con dos balazos.
La violenta escena terminó con semanas de polémica por el desalojo de los vendedores callejeros de la estación y la posible reubicación de sólo un grupo.
El desenlace ocurrió a las 9 de la mañana, cuando al menos dos hombres llegaron armados abordo de un Fiat Fiesta rojo y dispuestos a correr por la fuerza a Javier Salinas, quien cuentan que se había vuelto a instalar en el estratégico puesto ubicado a la salida del andén sur de la estación del tren.
Se efectuaron varios disparos, según testigos contaron a la Policía. Uno se produjo muy cerca de la víctima, impactando en el tórax, pero sin matarlo; y otro en el glúteo. Otros balazos atravesaron la estación e ingresaron al interior de una panchería. No hubo más heridos sólo por un milagro.
La Policía logró detener a dos personas: Cristian Ramón Salinas y Adrián Plessis, mientras que Javier era hospitalizado y se presentaba como denunciante.
El fiscal 5 de Morón, Claudio Oviedo, imputó a ambos sospechosos como autores de “tentativa de homicidio”, agravado por el uso de armas de fuego y tenencia ilegal de armas de guerra. Les secuestraron un revólver calibre 22 y otro 38, además de municiones. La investigación del hecho nace con la clara hipótesis de que a Javier lo fueron a matar por el control de la calle, que estaba en juego desde que el municipio pateó el tablero en julio.
Javier, contaron fuentes del municipio, había sido expulsado de esa salida del andén. Pero había firmado el acta acuerdo con el intendente, para obtener un puesto en la nueva Feria Peatonal Sarmiento, con la que Tagliaferro quería “formalizar la venta callejera” y la oposición rechazó en el HCD.
Las fuentes extraoficiales indicaron a este periódico que Víctor Salinas, el vocero de los vendedores durante la protesta de fines de julio, había llegado a la estación para recuperar el puesto central, en manos de su “hermano”, y que se “profugó”. Ese sector habría estado reclutando hoy “soldaditos” para dirimir la interna por la fuerza. La Policía informó luego que Javier es el “progenitor del imputado Salinas”, es decir de Cristian Ramón.
En el gobierno señalan que Víctor y Cristian participaron del atentado a la vida de Javier. Se trata de un sector que cortó el diálogo con el Ejecutivo cuando se produjo el desalojo de los puestos. A su vez el gobierno los había identificado como militantes de Nuevo Encuentro, tal cual describen las fotos que circularon por las redes sociales. Está claro que se sintieron afuera de todo y decidieron tomar represalias, en momentos en que los puestos de apoco volvían a la estación. Desde el área de Seguridad aseguraban hoy que con esto se terminaba cualquier negociación con la venta ambulante.
El tiroteo no hizo más que comprobar que el “trabajo” en la vía pública no es para cualquiera; y sólo se consigue privatizar un espacio público (los metros más rentables al menos) a fuerza de violencia. Si sobrevivieron este tiempo fue por complicidad política, policial y hasta de empleados del tren.
Ayer, irónicamente, el Concejo acababa de repudiar, con bastante delay, la violencia de los puesteros a fines de julio.
La oposición acompañó el proyecto presentado en agosto por Cambiemos, pero se encargó de facturarle el acta acuerdo con los 46 vendedores, algunos de ellos familiares, como el grupo “Los Reyes”. “Muchos de los que firmaron son los que hicieron suspender una sesión porque no se podía respirar por el humo”, remarcó Jorge Laviuzza, el jefe del bloque renovador, sector que no acompañó el plan de la Feria y le valió que les pintaran “Marinucci traidor”. Esa jugada, según el massismo, respondió a un “operador de Tagliaferro” que se habría encargado de manejar las negociaciones.
“Cedieron a la extorsión de las mafias”, cuestionó ayer Hernán Sabbatella. Hoy le contestaron: “Está claro que esta mafia militaba para el Nuevo Encuentro, como se ve en las fotos”. En las gestiones anteriores era Víctor Salinas el que se beneficiaba con la depuración de los operativos en la estación.
El bloque del FPV se había mantenido en silencio en plena batalla contra la venta ilegal. Y hubo grupos K que acompañaron la protesta, tanto en la calle como en los medios de comunicación. “Estos pibes son Unidos y Organizados. El Nuevo Encuentro no quiere hablar por esto”, imputó un funcionario.
Fuente: Un Medio en Morón
La violenta escena terminó con semanas de polémica por el desalojo de los vendedores callejeros de la estación y la posible reubicación de sólo un grupo.
El desenlace ocurrió a las 9 de la mañana, cuando al menos dos hombres llegaron armados abordo de un Fiat Fiesta rojo y dispuestos a correr por la fuerza a Javier Salinas, quien cuentan que se había vuelto a instalar en el estratégico puesto ubicado a la salida del andén sur de la estación del tren.
Se efectuaron varios disparos, según testigos contaron a la Policía. Uno se produjo muy cerca de la víctima, impactando en el tórax, pero sin matarlo; y otro en el glúteo. Otros balazos atravesaron la estación e ingresaron al interior de una panchería. No hubo más heridos sólo por un milagro.
La Policía logró detener a dos personas: Cristian Ramón Salinas y Adrián Plessis, mientras que Javier era hospitalizado y se presentaba como denunciante.
El fiscal 5 de Morón, Claudio Oviedo, imputó a ambos sospechosos como autores de “tentativa de homicidio”, agravado por el uso de armas de fuego y tenencia ilegal de armas de guerra. Les secuestraron un revólver calibre 22 y otro 38, además de municiones. La investigación del hecho nace con la clara hipótesis de que a Javier lo fueron a matar por el control de la calle, que estaba en juego desde que el municipio pateó el tablero en julio.
Javier, contaron fuentes del municipio, había sido expulsado de esa salida del andén. Pero había firmado el acta acuerdo con el intendente, para obtener un puesto en la nueva Feria Peatonal Sarmiento, con la que Tagliaferro quería “formalizar la venta callejera” y la oposición rechazó en el HCD.
Las fuentes extraoficiales indicaron a este periódico que Víctor Salinas, el vocero de los vendedores durante la protesta de fines de julio, había llegado a la estación para recuperar el puesto central, en manos de su “hermano”, y que se “profugó”. Ese sector habría estado reclutando hoy “soldaditos” para dirimir la interna por la fuerza. La Policía informó luego que Javier es el “progenitor del imputado Salinas”, es decir de Cristian Ramón.
En el gobierno señalan que Víctor y Cristian participaron del atentado a la vida de Javier. Se trata de un sector que cortó el diálogo con el Ejecutivo cuando se produjo el desalojo de los puestos. A su vez el gobierno los había identificado como militantes de Nuevo Encuentro, tal cual describen las fotos que circularon por las redes sociales. Está claro que se sintieron afuera de todo y decidieron tomar represalias, en momentos en que los puestos de apoco volvían a la estación. Desde el área de Seguridad aseguraban hoy que con esto se terminaba cualquier negociación con la venta ambulante.
El tiroteo no hizo más que comprobar que el “trabajo” en la vía pública no es para cualquiera; y sólo se consigue privatizar un espacio público (los metros más rentables al menos) a fuerza de violencia. Si sobrevivieron este tiempo fue por complicidad política, policial y hasta de empleados del tren.
Ayer, irónicamente, el Concejo acababa de repudiar, con bastante delay, la violencia de los puesteros a fines de julio.
La oposición acompañó el proyecto presentado en agosto por Cambiemos, pero se encargó de facturarle el acta acuerdo con los 46 vendedores, algunos de ellos familiares, como el grupo “Los Reyes”. “Muchos de los que firmaron son los que hicieron suspender una sesión porque no se podía respirar por el humo”, remarcó Jorge Laviuzza, el jefe del bloque renovador, sector que no acompañó el plan de la Feria y le valió que les pintaran “Marinucci traidor”. Esa jugada, según el massismo, respondió a un “operador de Tagliaferro” que se habría encargado de manejar las negociaciones.
“Cedieron a la extorsión de las mafias”, cuestionó ayer Hernán Sabbatella. Hoy le contestaron: “Está claro que esta mafia militaba para el Nuevo Encuentro, como se ve en las fotos”. En las gestiones anteriores era Víctor Salinas el que se beneficiaba con la depuración de los operativos en la estación.
El bloque del FPV se había mantenido en silencio en plena batalla contra la venta ilegal. Y hubo grupos K que acompañaron la protesta, tanto en la calle como en los medios de comunicación. “Estos pibes son Unidos y Organizados. El Nuevo Encuentro no quiere hablar por esto”, imputó un funcionario.
Fuente: Un Medio en Morón
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