Ana María laisa, psicomotricista en el Posadas y actriz Buscamos alborotar las disciplinas

Explica los objetivos de los equipos de arte que trabajan en instituciones médicas. El cuerpo de los símbolos y significantes y las peleas para ayudar a la cura.
Conduce el Equipo de Arte y Salud del Hospital Posadas, una de las primeras experiencias a nivel nacional que empezó a utilizar, a través de talleres, herramientas como el teatro y la música para el tratamiento de pacientes psiquiátricos. El grupo viene de realizar la jornada "Donación-Arte" junto con la Coordinación de Procuración de Órganos y Tejidos para Trasplante que funciona en el edificio, y está escribiendo la obra "Mundo Posadas", de la que formarán parte pacientes y trabajadores. Además trabaja con otras patologías, como el Parkinson y la artritis reumatoidea, intentando que "la creación sirva para afrontar el problema físico, y ayude a la persona a pararse distinto frente a la enfermedad", dice Ana María Laisa.

–¿En qué momento comenzaron?

–En 1994, cuando no era muy común que los hospitales tuvieran elencos artísticos integrados por pacientes. El Frente de Artistas del Borda y nosotros, desde el Posadas, marcamos una tendencia que por suerte después se generalizó.

–¿Con el teatro como herramienta?

–Sí, pero además, con talleres de expresión corporal, baile y música. Desde el grupo Amar, por ejemplo, trabajamos con pacientes que sufren artritis reumatoidea. Y logramos que ex pacientes de salud mental armaran el elenco Buon Giorno, que en la actualidad presentan la obra El enfermo imaginario en escuelas y distintas instituciones. Es importante aclarar que los talleres no apuntan sólo a pacientes, sino también a los trabajadores.

–¿Con qué objetivo?

–La idea es, desde el arte, acompañar al trabajador en sus problemas cotidianos. Los devenidos por relacionarse con pares, como le pasa a cualquier persona en su ámbito laboral, o aquellos que surgen cuando un profesional no encuentra un camino terapéutico para su paciente.
–Está claro que a la enfermedad se la combate desde lo físico. Pero siempre sobrevuela la discusión acerca de lo poco o mucho que la mente influye en el cuerpo a la hora de esa pelea.
–Estamos en un hospital general, donde el cuerpo que se aborda es el orgánico, el organismo. Nosotros trabajamos con otro cuerpo, el de la poesía, el imaginario, el que maneja símbolos y significantes, que se comunica y que juega. La historia de la medicina ha disciplinado cuerpos, y desde los talleres, tratamos de que las disciplinas se alboroten un poco. Un tema que surge a raíz de tu pregunta es qué hacer con las enfermedades terminales. Claro que el arte no las cura, pero puede lograr que la persona se pare de manera diferente frente a lo que le pasa. Hablar y jugar con el propio cuerpo no es negar la enfermedad, sino asumirla de la mejor manera posible.

–¿Le tocó vivir esos casos?

–Claro. Las mujeres que integran el grupo Amar, por ejemplo, se llaman a ellas mismas las "artrices". Se trata de encontrar, desde la comedia, un camino distinto a su propio padecer.
Daniel Enzetti. Para Tiempo Argentino

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