Ramos Mejía derrotó con autoridad por 73-60 a Estudiantil Porteño como visitante y arrancó con el pie derecho en el torneo Prefederal. Martín Cuello fue la figura con 22 puntos.
La ciudad de Ramos Mejía vivió una fiesta en una nueva edición del clásico entre el Rancho y Estudiantil Porteño, aunque esta vez fue el primero que se jugó en el marco de un torneo clasificatorio a un certamen nacional, como lo es el Prefederal. La victoria quedó en manos del equipo que conduce Andrés García por un 73-60, totalmente justo por lo visto dentro de la cancha.
El gimnasio de la calle Barcala lució repleto y no cabía un alma. Ramos llevó el color y un gran número de hinchas, que partieron en caravana desde el club, se hicieron presentes para alentar a un equipo renovado que demostró las ganas de ganar el partido en todo momento.
Tras un comienzo errático por parte de ambos equipos, Porteño abrió el aro con los triples del misionero Javier Sánchez, pero Ramos supo ordenarse para emparejar las acciones a partir de la tarea ofensiva de Martín Cuello, Kevin Jerez Pilotti y Maximiliano Tabieres.
Se fue el primer cuarto y el local arriba por un doble (19-17), pero el Lawn Tennis pudo reaccionar en el segundo parcial y aparecieron algunas jugadas vistosas por parte de Jerez Pilotti y Joaquín Olmedo, habilitando a sus compañeros. También fueron importantes los ingresos de Jonathan Kralj, Sebastián Burdman y Juan Ferreyra.
Ramos gozó de la máxima del juego cuando sacó 16 puntos de ventaja gracias a su presión defensiva y efectividad en tiros de campo, pero el desafío iba a ser mantenerla ante los embates de Porteño. El parcial del segundo cuarto habló por sí solo: 21 para el Rancho y sólo 5 para el local, que estaba desbordado.
Estudiantil no se quedó atrás y fue achicando el margen en el complemento por los triples de Diego Abeledo, Juan Damelli y las conversiones del juvenil Ignacio Spagnuolo. Los locales quedaron a tiro del empate, pero Ramos no se achicó y asumió la presión.
El partido ganaba en intensidad y fuertes luchas por el balón. Hasta hubo dos faltas antideportivas sancionadas por el reconocido árbitro Pablo Estévez, quien no quiso problemas y cortó por lo sano ante infracciones de Jerez Pilotti y Abeledo.
Sobre el final, aparecieron los triples de Jerez Pilotti, Tabieres se hizo gigante en el poste bajo y Cuello no perdonó con sus lanzamientos externos. Ramos fue moldeando el resultado y terminó festejando en el clásico como si fuera en casa propia porque su gente se hizo sentir como si el partido se hubiese jugado en el Rancho Garden.
La ciudad de Ramos Mejía vivió una fiesta en una nueva edición del clásico entre el Rancho y Estudiantil Porteño, aunque esta vez fue el primero que se jugó en el marco de un torneo clasificatorio a un certamen nacional, como lo es el Prefederal. La victoria quedó en manos del equipo que conduce Andrés García por un 73-60, totalmente justo por lo visto dentro de la cancha.
El gimnasio de la calle Barcala lució repleto y no cabía un alma. Ramos llevó el color y un gran número de hinchas, que partieron en caravana desde el club, se hicieron presentes para alentar a un equipo renovado que demostró las ganas de ganar el partido en todo momento.
Tras un comienzo errático por parte de ambos equipos, Porteño abrió el aro con los triples del misionero Javier Sánchez, pero Ramos supo ordenarse para emparejar las acciones a partir de la tarea ofensiva de Martín Cuello, Kevin Jerez Pilotti y Maximiliano Tabieres.
Se fue el primer cuarto y el local arriba por un doble (19-17), pero el Lawn Tennis pudo reaccionar en el segundo parcial y aparecieron algunas jugadas vistosas por parte de Jerez Pilotti y Joaquín Olmedo, habilitando a sus compañeros. También fueron importantes los ingresos de Jonathan Kralj, Sebastián Burdman y Juan Ferreyra.
Ramos gozó de la máxima del juego cuando sacó 16 puntos de ventaja gracias a su presión defensiva y efectividad en tiros de campo, pero el desafío iba a ser mantenerla ante los embates de Porteño. El parcial del segundo cuarto habló por sí solo: 21 para el Rancho y sólo 5 para el local, que estaba desbordado.
Estudiantil no se quedó atrás y fue achicando el margen en el complemento por los triples de Diego Abeledo, Juan Damelli y las conversiones del juvenil Ignacio Spagnuolo. Los locales quedaron a tiro del empate, pero Ramos no se achicó y asumió la presión.
El partido ganaba en intensidad y fuertes luchas por el balón. Hasta hubo dos faltas antideportivas sancionadas por el reconocido árbitro Pablo Estévez, quien no quiso problemas y cortó por lo sano ante infracciones de Jerez Pilotti y Abeledo.
Sobre el final, aparecieron los triples de Jerez Pilotti, Tabieres se hizo gigante en el poste bajo y Cuello no perdonó con sus lanzamientos externos. Ramos fue moldeando el resultado y terminó festejando en el clásico como si fuera en casa propia porque su gente se hizo sentir como si el partido se hubiese jugado en el Rancho Garden.
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