Beto Casella: “Por suerte, Haedo todavía se parece a Haedo”

Beto Casella lidera las mediciones de raiting de la primera mañana en FM con su programa Bien Levantado, lunes a viernes de 6.00 a 9.00 hs. por POP 101.5; además conduce en el prime time de Canal 9 la séptima temporada de Bendita, de lunes a viernes de 20.30 a 22.00, y a pesar de tal popularidad sigue siendo un tipo de barrio, sencillo y con una gran humildad.
Fuimos a la salida de su programa para entrevistarlo, y de inmediato dio lugar a una charla por la que repasamos su infancia, adolescencia y cómo es hoy su vida en Haedo, lugar que eligió para vivir.

¿Nacido en el Oeste o del Oeste por elección?

Nacido en Ramos Mejía, en la Clínica Ramos Mejía y criado en Villa Luzuriaga, en la calle Sarandí se llamaba en esa época. Toda mi vida pasó en esa zona, de soltero entre San Justo y Haedo, la calle Don Bosco (de tierra en esa época) donde no estaba ni Carrefour, ni nada de eso… Estudié en la escuela Japón de Villa Luzuriaga, de la calle Buchardo, y el secundario en el Parroquial.

Seguís eligiendo el Oeste para vivir, ¿qué cosas te hacen quedar allí?

La pertenencia afectiva. Físicamente me daría lo mismo, podría vivir en colegiales que es muy parecido a Haedo y estoy a 10 minutos de todo. Sin embargo, tengo una hora de viaje pero en Haedo tengo todo: mis amigos, mi familia, mis hermanos, mi fulbito los sábados, mis desayunos los domingos con los amigos en el shopping.

¿Sigue manteniéndose ese grupo de amigos, a pesar de la fama?

Sí, eso no se toca!. Se agrega por ahí alguno, pero la mayoría son de la escuela primaria, del barrio…

Escuchamos muchas veces tus anécdotas en Pinar de Rocha, ¿qué otros boliches de la zona frecuentabas?

Pinar, Juan de los palotes, y Camelot, en Rivadavia, donde ahora está Vinicuis. Después teníamos noches de clubes: el Estudiantil Porteño, Claridad de Ciudadela, el Sportivo Haedo, los clubes se ponían bárbaro… Bomberitos, era otro. Muy lindo se ponían, una pena que ya no…
Lo otro (boliches) era más glamoroso… la Av. Rivadavia, hoy tan venida a menos, entre Av. de Mayo y Avellaneda era una pasarela de chicos y chicas. En la época de Fiebre de sábado por la noche estábamos todos con los pelitos batidos. Ramos era muy glamoroso, venía gente de todos lados, conocías una chica de Lomas de Zamora o de San Isidro, porque Ramos era el epicentro de la joda y de la noche.

Si hablamos de tus comienzos laborales, ¿tu primer trabajo fue en la zona?

Terminé la primaria y le dije a mis viejos que no quería ir más a la escuela, entonces me dijeron si no querés estudiar, tenés que trabajar…. y conseguí un trabajo en una fábrica de paraguas de la calle Libertad, unos gallegos divinos. Ellos, además, tenían una marroquinería en Once y a veces me mandaban, me tomaba el Sarmiento solito, a los 13 años. Y después hice mil cosas por la zona antes de estudiar periodismo.

¿Es verdad que tuviste un video club en Palomar?

Claro… en realidad yo vendía películas a los video clubes y en un momento me pagaban con películas y me puse un video club, ahí donde termina Marconi, llegando a la estación. Igual ya estaba por recibirme de periodista así que eran mis últimas épocas de trabajador autónomo.

Cuando incursionaste en el periodismo, ¿comenzaste en medios locales?

Si, estuve en FM Haedo en el 80 y pico que la dirigía Martín García, estaba en el subsuelo de una inmobiliaria frente a la estación de Haedo; fue la primera radio local comunitaria de toda la Provincia de Buenos Aires. Martín García era un militante peronista luego fue titular de Télam, hasta hace poco. Así que para mí eran mis primeras armas, y después estuve en FM Tránsito de Castelar, ahí estuve bastante…

Y cuando estabas en esos medios locales, ¿te imaginabas en un futuro estar liderando la mañana en la FM?

No, no… siempre tuve propósitos módicos, menores, chiquitos; en esa época, que estudiaba periodismo, fantaseaba como mucho en poder escribir una nota, firmar y que me paguen unos mangos, y hacer una columna alguna vez en alguna radio… De hecho, andaba por las AM y le ofrecía al conductor, como a mí siempre me gustó el archivo sonoro, les ofrecía alguna sección pero nunca me dieron mucha bola, me trataban muy bien, pero no… Y después la primera oportunidad la tuve en AM en Radio Provincia, en La Plata, ahí salí del Oeste.

¿Qué colectivo marcó tu vida? Aquel que tomabas siempre…

El 242, si, toda la vida…lo tomaba siempre; creo que cuando era muy chiquito era el 3, esto es prehistórico; también el 624, no sé si sigue… Digamos que La Cabaña fue toda mi infancia y mi adolescencia; Haedo, Ramos, para ir para el lado de Liniers, La Cabaña y el Sarmiento han sido mis medios de transporte durante más de 20 años.

¿Coincidís con la frase: en el Oeste está el agite?

Sí, yo creo que sí. Los del Oeste somos muy especiales… no sé si agite, pero en igualdad de condiciones (y yo en los medios lo veo), un tipo del Oeste frente a un muchacho de Capital, el del Oeste lo supera… Por carisma, porque la peleó más, por estar lejos, porque todo le fue menos cómodo, porque el muchacho se agarró a trompadas.
Para mí ser del Oeste, mínimo del conurbano, me dio algún plus para comunicar y eso, yo creo, es una de las cosas por las que hace años estoy primero en radio. Fijate que el grueso de la audiencia no está en Capital, si vos querés hoy Soldati, Mataderos, Floresta, Villa Luro son más Provincia que Capital, y a mí me parece que hay un código de comunicación que hay conductores radiales que no lo tienen.

Gráfica, radio, o televisión, ¿en qué medio te sentís más cómodo?

En la radio, yo hice mucho gráfica y me cansó… muchas horas en la redacción, es oscuro, no hay sol… y en la tele yo tengo la suerte de estar en un programa muy divertido donde incluso el clima es divertido, hasta en los cortes, pero también tiene un poco más de presión. En la radio estoy en mi lugar, soy quien soy en la radio.

Una reflexión final sobre Haedo

Me acuerdo de los corsos de Haedo sobre Rivadavia, el carnaval de vereda contra vereda, del carrito de rulemanes, de carreras de autitos con plastilina adentro y una cucharita, las pistas dibujadas en la calle con ladrillo, sin duda era otra escenografía… de las bombitas de agua vacías en los rayos de la bicicleta para que suene a motor, y de las esquipis.
Haedo se sigue pareciendo a Haedo, a pesar de que se están levantando más edificios de los que a mí me gustaría. Por ahora sigue siendo un barrio tranquilo, todavía tengo mi árbol en la vereda, mis vecinos con los que nos conocemos el nombre, el kiosquito al lado… siempre cerca de Rivadavia. Cuando me casé y buscaba mi primer departamentito para alquilar, la prioridad era que esté cerca de Rivadavia, poder irme a pata a la estación y no necesitar un bondi… Por suerte Haedo, todavía se parece a Haedo, y es del Oeste.

Fuente: http://www.vivieloeste.com/

No hay comentarios:

SOCIEDAD

SALUD