Días atrás, el proyecto de estacionamiento medido arancelado dio un nuevo paso adelante en el centro ramense con la aparición de guías sobre el asfalto para orientar a los conductores.
Desde que, a principios de enero, el Municipio puso en marcha el estacionamiento medido arancelado, la mayoría de los automovilistas habituales de los centros de San Justo y Ramos Mejía se sumaron a la iniciativa que busca “ordenar el espacio público”.
Así, según revelaron agentes de Tránsito, mientras en los primeros días era inusual encontrar conductores que hubieran abonado el costo correspondiente para estacionar, ahora, más de la mitad paga la tarifa de tres pesos para aparcar una hora.
En este marco, la semana pasada, se pintaron guías para orientar dónde estacionar a lo largo de varias cuadras del centro de Ramos Mejía. De este modo, se pretende estandarizar el uso del espacio público para su mejor utilización.
Cuenta regresiva para el “plazo de gracia”
Según se informó en su momento, solo se sanciona a los automovilistas que cometan infracciones graves en las primeras semanas de puesta en funcionamiento del nuevo sistema, como estacionar en las ochavas o frente a las rampas para discapacitados.
Recién desde marzo, se aseguró, los inspectores serán inflexibles a la hora de controlar el pago del estacionamiento, que se realiza mediante tecnología digital. De todos modos, las dos grúas oficiales continúan trasladando vehículos mal estacionados hasta la playa de acarreo ubicada en Ombú al 2.600, San Justo.
Desde que, a principios de enero, el Municipio puso en marcha el estacionamiento medido arancelado, la mayoría de los automovilistas habituales de los centros de San Justo y Ramos Mejía se sumaron a la iniciativa que busca “ordenar el espacio público”.
Así, según revelaron agentes de Tránsito, mientras en los primeros días era inusual encontrar conductores que hubieran abonado el costo correspondiente para estacionar, ahora, más de la mitad paga la tarifa de tres pesos para aparcar una hora.
En este marco, la semana pasada, se pintaron guías para orientar dónde estacionar a lo largo de varias cuadras del centro de Ramos Mejía. De este modo, se pretende estandarizar el uso del espacio público para su mejor utilización.
Cuenta regresiva para el “plazo de gracia”
Según se informó en su momento, solo se sanciona a los automovilistas que cometan infracciones graves en las primeras semanas de puesta en funcionamiento del nuevo sistema, como estacionar en las ochavas o frente a las rampas para discapacitados.
Recién desde marzo, se aseguró, los inspectores serán inflexibles a la hora de controlar el pago del estacionamiento, que se realiza mediante tecnología digital. De todos modos, las dos grúas oficiales continúan trasladando vehículos mal estacionados hasta la playa de acarreo ubicada en Ombú al 2.600, San Justo.
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