DESPARAMOS COMENZÓ SU OCTAVA TEMPORADA

Con la presentación de la versión completa de la obra «Ramos, hasta acá llegamos» en la Región Descentralizada N.O., DespaRamos, el grupo de teatro comunitario de Ramos Mejía, autogestivo, integrado por unos 60 vecinos-actores, dio comienzo a su octava temporada, siempre bajo la dirección de Beatriz Romeo, directora y fundadora del grupo.
Después de 8 años de generar excelentes resultados artísticos, tanto hacia adentro como hacia fuera, no caben dudas de que DespaRamos no surgió como resultado de una serie de circunstancias del momento sino que es la muestra evidente de que vino a satisfacer una gran necesidad de expresión de la población de esta localidad que encontró en este espacio la posibilidad de bucear en el pasado, contar la historia, construir su identidad y de esta manera entender su presente desde la realidad local pero indisolublemente ligado al desarrollo histórico del país.

Hablamos de excelentes resultados artísticos hacia adentro porque sus integrantes, sin ser actores profesionales, tan solo con las ganas de expresarse y la voluntad de adaptarse al trabajo grupal con todo lo que ello significa en cuanto al arte como herramienta de transformación social, logran funcionar como una auténtica compañía de teatro totalmente integrada, la que antes de llegar a mostrar su propuesta al público empieza por la discusión de qué quieren contar, escribir el guión, imaginar las canciones y la música, diseñar la escenografía y el vestuario, ocuparse del maquillaje y, por supuesto, generar los recursos necesarios para funcionar.

A todo esto se debe sumar un detalle no menor y es que por la propia dinámica de este tipo de grupos y por la magnitud que tiene, se convive con un recambio importante a lo largo del tiempo de vecinos-actores, lo que implica un constante proceso de adaptación tanto de los nuevos integrantes al grupo como del conjunto a los nuevos que se suman. De esto se desprende que todos los que tengan ganas pueden participar, mujeres, hombres, niños, adolescentes, adultos, abuelos.

Y hablamos también de excelentes resultados artísticos hacia fuera por la notable respuesta del público que con sus aplausos y su emoción los acompaña en cada presentación.
El texto de la obra recorre los principales sucesos desde los tiempos de la conquista española haciendo hincapié en la llegada de Don Francisco Ramos Mejía a estas tierras en las que se radica y construye su familia, la estrecha relación que establece con la población autóctona, la persecución que sufre por parte de la iglesia oficial y de las autoridades y el misterio nunca develado del destino final de su cuerpo tras su muerte. 

Luego el guión incursiona ya en los comienzos del siglo XX con el loteo de las primitivas quintas pertenecientes a las familias adineradas que migraron a esta zona huyendo de la fiebre amarilla, circunstancia que cambiaría el perfil de Ramos Mejía sentando las bases para que la localidad evolucionara a la ciudad moderna que es hoy, densamente poblada.

El golpe de estado del año ‘30, la lucha ideológica de la época entre los sectores conservadores, las manifestaciones socialistas y anarquistas, las ideas del radicalismo y el nacimiento del peronismo se muestran en escenas que se intercalan con el entubamiento del arroyo Maldonado y la instalación de las grandes industrias que funcionaron en la localidad, Danubio, San Marcos, entre otras, poniendo en evidencia en ese constante ir y venir la relación entre lo local y el contexto nacional.

Beatriz Romeo le comentó a este medio que DespaRamos ya ha comenzado a trabajar en su próxima obra así que queda asegurada la continuidad de esta hermosa experiencia del teatro comunitario en Ramos Mejía por muchas temporadas más.
Fuente: Periódico La Barra

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