El país se suma a los más de 115 proyectos en curso de distintos grupos de científicos e investigadores de todo el mundo para terminar con la propagación de este virus.
Un equipo de científicos y científicas del CONICET obtuvieron un subsidio de 100 mil dólares para desarrolar una vacuna contra el COVID-19.
Es la primera iniciativa en Latinoamérica y lo lidera la doctora Juliana Cassataro, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad de San Martín y especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas.
De esta manera la Argentina se suma a los más de 115 proyectos en curso de distintos grupos de científicos e investigadores de todo el mundo para terminar con la propagación de este virus.
“Nos presentamos a la convocatoria porque ya veníamos trabajando en vacunas orales, contra enfermedades infecciosas y veníamos viendo que hay algunos grupos en el mundo que están muy adelantados y la pregunta que nos planteamos fue si valía la pena empezar algo desde acá”, expresó Cassataro.
“En el mundo hay cien grupos como el nuestro que recién empiezan a probar, y si efectivamente logran resultados exitosos habría que ver lo que sucede con la distribución de las vacunas, para que efectivamente lleguen a nuestro país y a todo el mundo”, agregó en diálogo con Infobae.
“Por eso nuestro proyecto es para probar en más o menos 9 a 12 meses lo que sería la etapa preclínica, y si tenemos buenos resultados ahí tendremos que conseguir mucho más financiamiento para comenzar la etapa clínica”, concluyó la viróloga.
Un equipo de científicos y científicas del CONICET obtuvieron un subsidio de 100 mil dólares para desarrolar una vacuna contra el COVID-19.
Es la primera iniciativa en Latinoamérica y lo lidera la doctora Juliana Cassataro, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad de San Martín y especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas.
De esta manera la Argentina se suma a los más de 115 proyectos en curso de distintos grupos de científicos e investigadores de todo el mundo para terminar con la propagación de este virus.
“Nos presentamos a la convocatoria porque ya veníamos trabajando en vacunas orales, contra enfermedades infecciosas y veníamos viendo que hay algunos grupos en el mundo que están muy adelantados y la pregunta que nos planteamos fue si valía la pena empezar algo desde acá”, expresó Cassataro.
“En el mundo hay cien grupos como el nuestro que recién empiezan a probar, y si efectivamente logran resultados exitosos habría que ver lo que sucede con la distribución de las vacunas, para que efectivamente lleguen a nuestro país y a todo el mundo”, agregó en diálogo con Infobae.
“Por eso nuestro proyecto es para probar en más o menos 9 a 12 meses lo que sería la etapa preclínica, y si tenemos buenos resultados ahí tendremos que conseguir mucho más financiamiento para comenzar la etapa clínica”, concluyó la viróloga.
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