La particular batalla de Fernando Savore, el almacenero de barrio que intenta volver a nacer después de las cenizas

UN INCENDIO ARRASÓ CON SU LOCAL DE VILLA SARMIENTO A MEDIADOS DE MAYO Y, DESDE ENTONCES, ESTÁ TRATANDO DE REACONDICIONAR EL LUGAR. PAREDES, PISO, TECHO E INSTALACIÓN ELÉCTRICA FORMAN PARTE DEL TRABAJO DIARIO JUNTO A SUS ALLEGADOS.

“Ahora estoy en un local cercano limpiando chapas y pintándolas”. Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, deja de lado por estos días su función en defensa de los comercios de barrio para ponerse a trabajar de otra cosa.

Es que desde el 17 de mayo pasado, cuando un incendio le arrasó por completo su local de la calle Estanislao del Campo al 1300, en Villa Sarmiento, se convirtió en albañil, electricista, pintor y hasta especialista en limpieza. Hace tres semanas que saca basura de las ruinas del comercio, y necesita acelerar los tiempos porque se le agotan las reservas y requiere volver a abrir las puertas cuanto antes.

“Como todo comerciante tenía un canutito guardado, como dicen los pibes. Pero es difícil seguir cuando no tengo la posibilidad de generar el ingreso cotidiano con la compra y venta”, explica Savore, todavía angustiado por el mal trago que atraviesa. Sin embargo, reconoce que la ayuda que recibió de todo el barrio y de sus vecinos en particular lo conmovió, y le mostró que evidentemente sembró una buena imagen entre sus clientes.

Durante la charla con Primer Plano Online, ‘Chiche’ recuerda el error que cometieron entre los bomberos y la Policía Científica, que terminó siendo un problema mayor para intentar establecer lo que sucedió aquella mañana. “La gente de Bomberos nos dijo que nos pongamos a limpiar y, como a la hora, apareció una perito preguntándome por qué habíamos tocado las cosas”, rememora. Pero no lo cuenta a modo de reproche, sino para lamentarse porque las causas del siniestro serán difíciles de explicar.

“Yo estimo que fue un dvr, que es un aparato en el que se instala la memoria de las cámaras. Era la única línea eléctrica que iba para el lado del incendio, aunque esto también puede haber sido por un pico de tensión. Lo que está confirmado es que fue por un desperfecto eléctrico”, cuenta Savore.

Los revoques de las paredes ya fueron hechos y ahora, de a poco, intentar poner en condiciones la pintura y los techos. Pero todo es a cuenta reloj, porque ya no tiene recursos para estirar el local sin trabajar. “Eso para abrir el local, después tengo que ver cómo junto la mercadería, porque todo lo que tenía se quemó”, detalla el almacenero. Como la mayoría de los comercios de barrio, la estructura de atención está armada en base a la familia, y todos reparten sus horas entre el almacén y la vida cotidiana.