Mucho, poquito, nada: cuánto impuesto a las ganancias pagan las grandes empresas en la Argentina

¿Y en la Argentina cuánto tributo abonan las mayores empresas? Chequeado buscó y analizó los datos de facturación y pago de impuesto a las ganancias de los últimos cuatro años de las 600 compañías más grandes que aparecen en el ranking 2015 de la revista Mercado. Como en nuestro país el dato de ganancias sujetas al tributo es secreto fiscal y solo está disponible para la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP),488 compañías de las principales son opacas en este aspecto y mantienen oculta su información tributaria para el gran público (ver recuadro abajo). Se la entregan, en el mejor de los casos, a la AFIP y a la Inspección General de Justicia (IGJ).
son datos de las 112 empresas que hacen públicos sus datos en Internet, ya sea porque cotizan en Bolsa, o han emitido obligaciones negociables (títulos de deuda), o son estatales o están bajo regulación del Banco Central. O sea que 
El 19,5% de las 112 grandes empresas relevadas no pagó el impuesto a las ganancias.
Entre 2012 y 2015, cada año un promedio de 19,5% de las 112 grandes empresas relevadas no pagó el impuesto a las ganancias. Algunas de ellas tienen exenciones específicas que se les otorgaron en su momento por ser estatales o cooperativas, como el Ente Binacional Yacyretá, la Empresa Provincial de la Energía de Córdoba (EPEC) y el Banco Credicoop. Las otras no abonaron el tributo porque informaron que habían sufrido pérdidas. Como se señaló, el hecho de que las empresas paguen poco o nada de Ganancias no significa necesariamente que hayan evadido, es decir, recurrido a los numerosos métodos que tienen los grandes estudios contables para disminuir de manera fraudulenta las contribuciones de sus clientes al fisco. Estos mecanismos fueron detallados por cinco expertos en política impositiva, tres fiscales y un juez del fuero Penal Económico (ver recuadro abajo).
Cada sector económico tiene una rentabilidad distinta, por lo que no deben hacerse generalizaciones ni pueden equipararse firmas de rubros disímiles. Pero vale comparar entre los 26 sectores de los que provienen las 112 empresas relevadas (ver tabla), según recomiendan Gómez Sabaini y Morán. El único de ellos que nunca pagó ganancias es el de líneas aéreas, lo que es entendible porque solo Aerolíneas Argentinas difunde sus resultados y es sabido que ha sido deficitaria. Las empresas eléctricas solo pagaron el impuesto a las ganancias en el 40% de los balances, aunque también es conocida la crisis que muchas de ellas atravesaron en los últimos años, en parte por el congelamiento de tarifas. El sector de distribución de agua potable abonó en el 50% de los casos. La única compañía analizada fue AySA, otra estatal que ha recibido subsidios, como Aerolíneas. En el resto de los sectores, en cambio, predominan las firmas privadas. En el gasífero tributaron en el 70% de los balances analizados; en el petrolero, en el 71,5%; en el químico, el de holdings, el forestal, el curtidor y los de maquinaria y autopistas con peaje, en el 75%; en la construcción, en el 76% y en el sector agroalimentario, en el 78,1 por ciento.
Si se analizan solo los balances en los que se pagó el gravamen, la industria de electrodomésticos es la que menos abonó en relación con sus ventas: sólo el 0,3% promedio. Se trata del sector protegido por la promoción industrial en Tierra del Fuego. Otros rubros que pagaron poco impuesto a las ganancias en comparación con la facturación son el de agua potable (0,8%), el químico y el de supermercados (1,1%), el comercio de electrodomésticos (1,3%), el de curtiembres (1,4%), el de autopistas (1,5%), el de holdings (1,6%), el forestal (1,7%) y la construcción (2%). Según Alejandro Gaggero, sociólogo que ha indagado en la tributación de grandes grupos económicos e investigador de la Universidad de San Martín y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), “llama la atención lo baja que es la tributación de las empresas constructoras”. Recuerda que “son muy fuertes en obra pública”, y se pregunta “si se la puede vincular con la facilidad que parece tener el sector para inflar los gastos de manera fraudulenta, como facturas y subcontrataciones truchas”.
También resulta interesante comparar el grado de contribución tributaria del promedio 2012-2015 de cada empresa respecto del sector al que pertenece y en relación con compañías del mismo rubro de Australia, país que transparentó los datos de 2013-2014 a toda la ciudadanía. A este tipo de comparaciones se abocó la prensa australiana apenas se divulgaron los datos allí, aunque de ellas no se puede concluir que tal o cual firma haya evadido. A partir de los resultados de la investigación de Chequeado, Gaggero observó que los niveles de tributación argentinos se asemejan en general a los australianos.

Fuente: Chequeado.com

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