Como un General del ejército, Rodolfo Jung baja estrictamente órdenes a sus jugadores antes de que entren a la cancha.
También en la semana y en la pretemporada. La idea innegociable es que la pelota vuele en ataque, que las piernas corran como nunca y que el corazón se deje en cada balón disputado. Sabedor de que tiene menos materia primera que muchos, Pucho rearmó un equipo que perdió soldados, pero los que le quedaron disponibles ganaron la guerra como kamikases de una forma de sentir el juego.
Así Ward fue campeón. Sin jugadores en la selección y sin players con superior nivel a los que están junto a Dady Gallardo (opinión muy personal esta), El Colegio construyó un título basado en el equipo, en la suma de pases, en el perfecto cumplimiento de roles de cada uno de esos pibes que el ex central de NS Luján mandaba a la cancha. Demostró que sin cracks internacionales puede ganar un torneo largo. Pibes y no tan pibes dieron forma a una idea bajada desde los capos directores, pasada por los experimentados y llegando a los nenes que sorprendieron. Filosofía de juego, le dicen.
Ward no perdió. Seguramente sea difícil que lo haga en este torneo, en el cual es campeón invicto hasta acá porque jugó con el alma. Su DT sabe que no tiene estrellas, pero que la estrella es el equipo. Defiende con uñas y dientes, a veces se extralimita, pero marca territorio. En ataque, marea a su rival moviendo la pelota y siempre encuentra el momento justo para lastimar. No tiene altura ni peso importante, tiene idea de juego, el ABC del handball lo lleva tatuado.
Salud al campeón. Ese en el cual yo no confiaba. Ese en el cual varios o muchos pensaban que se desarmaría tras las idas a Europa de sus jugadores emblema. Nos demostró que el handball en un deporte de equipo y corazón. Y la verdad es que está buenísimo llevarse ese tipo de sorpresas. en esta democracia argentina, la dictadura sana de Pucho se ganó el corazón de los handboleros.
@romanbravo10 Para SuperHandball
Así Ward fue campeón. Sin jugadores en la selección y sin players con superior nivel a los que están junto a Dady Gallardo (opinión muy personal esta), El Colegio construyó un título basado en el equipo, en la suma de pases, en el perfecto cumplimiento de roles de cada uno de esos pibes que el ex central de NS Luján mandaba a la cancha. Demostró que sin cracks internacionales puede ganar un torneo largo. Pibes y no tan pibes dieron forma a una idea bajada desde los capos directores, pasada por los experimentados y llegando a los nenes que sorprendieron. Filosofía de juego, le dicen.
Ward no perdió. Seguramente sea difícil que lo haga en este torneo, en el cual es campeón invicto hasta acá porque jugó con el alma. Su DT sabe que no tiene estrellas, pero que la estrella es el equipo. Defiende con uñas y dientes, a veces se extralimita, pero marca territorio. En ataque, marea a su rival moviendo la pelota y siempre encuentra el momento justo para lastimar. No tiene altura ni peso importante, tiene idea de juego, el ABC del handball lo lleva tatuado.
Salud al campeón. Ese en el cual yo no confiaba. Ese en el cual varios o muchos pensaban que se desarmaría tras las idas a Europa de sus jugadores emblema. Nos demostró que el handball en un deporte de equipo y corazón. Y la verdad es que está buenísimo llevarse ese tipo de sorpresas. en esta democracia argentina, la dictadura sana de Pucho se ganó el corazón de los handboleros.
@romanbravo10 Para SuperHandball
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