Gollán: La rentabilidad de la industria farmacéutica en el mundo es altísima

En exclusiva, el ministro de Salud critica a los laboratorios privados y opina sobre la posibilidad de implementar una ley que incluya a los laboratorios públicos. Además: apunta a los organismos internacionales por no limitar las ganancias del sistema.

En esta primera parte del diálogo que mantuvo en exclusiva con El Destape, el ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, critica a los laboratorios privados y asegura que "el precio no está regulado haciendo una ecuación de estructura de costos fijos, variables, dependiendo de una rentabilidad sino que el medicamento se vende de acuerdo a la capacidad de pago de quien lo va a comprar".
Además, denuncia que los organismos internacionales no tienen interés en ponerle un límite a las ganancias de ese sistema de salud porque son financiados por él y, sobre los colegios de profesionales que deberían auditar a los médicos, advierte: "Están más avocados a realizar una defensa corporativa que a controlar".

- ¿Es posible que la salud no esté regulada por las reglas del mercado como planteó usted en la OMS?

Es difícil, pero no imposible. Forma parte de la ecuación de todo el sistema político económico y social que sostenemos desde que apareció el peronismo, en donde decimos que si todas las variables de la economía se mueven por los criterios del mercado, el capitalismo termina moviéndose siempre hacia la posibilidad de la máxima ganancia posible. Por lo tanto lo único que desde el peronismo empezamos a comprender es que ahí debe estar el Estado; que esa maximización permanente de las ganancias del capital lleve a que haya sectores de la sociedad que no accedan a la salud. Entonces lo que nosotros pretendemos a nivel local es que un estado fuerte ponga límites y encuentre el equilibro necesario para que pueda garantizar accesibilidad y, a nivel mundial, que los organismos internacionales también entiendan esta dinámica. Si uno analiza los números de, por ejemplo, lo que han producido catástrofes naturales, en términos generales es un impacto muy chico si lo comparamos con la problemática de los medicamentos de alto costo: producen un daño económico, una transferencia de fondos de los países -sobre todo los de renta media o baja- hacia los países centrales mucho más que lo que producen algún daño circunstancial, ya sea un cataclismo natural o la aparición de un virus.

- No parece haber un interés particular de la comunidad internacional en ponerle coto a la rentabilidad de este sistema de salud.

Definitivamente no parece haber y nosotros tenemos que insistir en que haya. Lo que sucede es que es muy imbricada la composición de quienes hoy financian mayoritariamente a estos organismos internacionales. El financiamiento históricamente ha sido de los países desarrollados, pero no es neutral, porque nada de esto es neutral: trae aparejado que se defienden determinados intereses. Si uno de los principales financiadores de estos organismos es la gran industria farmacéutica es obvio que se da un condicionante, va a ser difícil que se tomen determinaciones fuertes que afecten la rentabilidad de quienes en cierta manera están colaborando en financiar a esos organismos internacionales.

- Hay casos como el de Losartán de 50 mg por 30 comprimidos que uno de los principales laboratorios privados lo comercializa a $7.86 la unidad mientras que un laboratorio público lo provee a $ 0.39, ¿por qué ocurre?

La rentabilidad de la industria farmacéutica en general en el mundo, en promedio, es altísima. Todo indica que están entre 8 y 10 veces por encima de cualquier otra industria, con excepción de la tecnológica. El precio no está regulado haciendo una ecuación de estructura de costos fijos, variables, dependiendo de una rentabilidad, el medicamento se vende de acuerdo a la capacidad de pago de quien lo va a comprar. Como es un bien muy particular porque está la diferencia entre poder vivir y poder morir no es lo mismo que cualquier otro producto, porque la necesidad es absoluta, entonces se llega a que, por ejemplo el 63% de las familias norteamericanas que empobrecen es por cuestiones de salud, porque no pudieron afrontar los tratamientos con medicamentos.

- Un informe de la CEPAL muestra que más de la mitad del costo de los medicamentos es por publicidad y que sin este eslabón sería mucho más barato.

No solamente en publicidad en los medios de comunicación sino todo lo que se arma en términos de encuentros de profesionales para hacer las demostraciones del producto. Se suma ahora una nueva dinámica que han tomado en los últimos años: también hacen el sponsoreo de los encuentros de los familiares y pacientes. Organizan los vínculos, los encuentros y reclaman vía judicial y mediática hacia los Estados para que se usen masivamente estos medicamentos. Es decir, hay toda una ingeniería de marketing y de comercialización que incluye todos estos parámetros y que se recargan sobre el precio de
los medicamentos. Hay 17 o 18 tipos de ibuprofeno, paracetamol; entonces la necesidad de competir a través de la propaganda se pone muy fuerte, que en el caso de los medicamentos que se recetan no se puede hacer más que a través de los visitadores médicos, entonces surgieron estas legiones de visitadores médicos en el mundo, que llegan hasta lo del médico todos los días para ofrecerle un medicamento tratando de convencer al profesional que el mismo paracetamol que vende uno es mejor que el del otro.

¿Y realmente es distinto?

No, no debería, porque están todos aprobados por la misma regulación, acá y en el mundo.

¿Por qué da la sensación que es un sector intocable?

En Argentina, en la mayor parte de las provincias, el Estado les cedió a los colegios de profesionales el poder de fiscalización de la buena práctica de la matrícula. Estos cuerpos de colegiados están más avocados a realizar una defensa corporativa que a controlar. No se conoce en la historia del país un colegio de médicos que haya aplicado una sanción a un médico por no prescribir de acuerdo a la ley. Las leyes están, pero no se cumplen, y quienes deberían hacerlas cumplir son los colegios, a quienes el Estado les ha dado el poder de hacerlo. Entonces sí, los medicamentos cargan con un porcentaje altísimo en propaganda, marketing y esto es muy fácil de demostrar porque en los laboratorios de producción estatal, que obviamente no usan este sistema, los precios son hasta 10 veces menos de lo que se paga en el mostrador.

¿Hay posibilidad de ir hacia una red de laboratorios públicos?

Acaba de ser reglamentada la ley de agencias y en los próximos días va a estar poniéndose en marcha la agencia nacional de producción pública de medicamentos que va a aglutinar en su consejo ejecutivo a todos los laboratorios de producción y a algunos incluso que hacen investigación y producción.
Por Iván Schargrodsky para el Destape

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