Aprovechando que el Colegio Juan XXIII hizo público los 4 cuentos ganadores del 5° Certamen de Cuentos breves, llevado a cabo durante el año 2014, en el que participaron los alumnos de Nivel Secundario, vamos a publicarlos para conocimiento de nuestros vecinos.
Ariadna Ravaioli Primer Premio Concurso de cuento breve cuarta categoría
“No tientes a Bloody Mary”
Fabrizzio llevaba años haciéndolo, cada día a la noche, con extremo cuidado, la llamaba pero no, “no del todo” como él decía.
Escuchó de ella en una pijamada de Halloween, la famosa historia de Bloody Mary. “Debes apagar todas las luces. Entrar con una vela al baño, y mirándote al espejo llamarla tres veces”. Quien contó la famosa leyenda no tuvo en cuenta las repercusiones que esta historia tendría en la vida de Fabrizzio.
Todo se trastornó en su vida. El deseo inalcanzable por saber cómo era y qué era capaz de hacerle, significaba para él una duda inconsistente que quería resolver. Fue así como comenzó su loca rutina.
Día tras día, a la media noche, después de apagar todo, y con vela en mano, entraba al baño, pronunciaba dos veces su nombre frente al espejo, y al momento de nombrarla por tercera vez, se arrepentía. “La historia de mi vida” se decía a sí mismo.
Luego llegó aquel día, aquel maldito día. En el colegio escuchó que un chico lo habría intentado, le habría arrebatado el éxito. No obstante muchos dijeron que era mentira, que nadie nunca lo había intentado. Eso fue lo que hizo que tomara tan terrible decisión.
Se dirigió a su casa, impaciente. Apagó todas las luces. Cerró todas las ventanas. Hasta que el último haz de luz quedó oculto. Tomó la vela, tembloroso introdujo su persona al baño y lo hizo: la nombró una, dos, tres veces. Y por fin la vio, pero no fue lo que esperaba, nunca habría esperado eso
“No tientes a Bloody Mary”
Fabrizzio llevaba años haciéndolo, cada día a la noche, con extremo cuidado, la llamaba pero no, “no del todo” como él decía.
Escuchó de ella en una pijamada de Halloween, la famosa historia de Bloody Mary. “Debes apagar todas las luces. Entrar con una vela al baño, y mirándote al espejo llamarla tres veces”. Quien contó la famosa leyenda no tuvo en cuenta las repercusiones que esta historia tendría en la vida de Fabrizzio.
Todo se trastornó en su vida. El deseo inalcanzable por saber cómo era y qué era capaz de hacerle, significaba para él una duda inconsistente que quería resolver. Fue así como comenzó su loca rutina.
Día tras día, a la media noche, después de apagar todo, y con vela en mano, entraba al baño, pronunciaba dos veces su nombre frente al espejo, y al momento de nombrarla por tercera vez, se arrepentía. “La historia de mi vida” se decía a sí mismo.
Luego llegó aquel día, aquel maldito día. En el colegio escuchó que un chico lo habría intentado, le habría arrebatado el éxito. No obstante muchos dijeron que era mentira, que nadie nunca lo había intentado. Eso fue lo que hizo que tomara tan terrible decisión.
Se dirigió a su casa, impaciente. Apagó todas las luces. Cerró todas las ventanas. Hasta que el último haz de luz quedó oculto. Tomó la vela, tembloroso introdujo su persona al baño y lo hizo: la nombró una, dos, tres veces. Y por fin la vio, pero no fue lo que esperaba, nunca habría esperado eso
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