Balance de Precios Cuidados

Por Marcelo Zlotogwiazda
Un solo dato alcanza para fundamentar que Precios Cuidados es beneficioso para la población: el aumento de los artículos incluidos en el programa es menor a la inflación del Indec y muy inferior a cualquiera de las mediciones alternativas. Eso significa que todo lo que se compró aprovechando la ocasión generó un ahorro para el consumidor.


Según lo anunciado el lunes último por el secretario Augusto Costa, la nueva lista ampliada a 451 productos y con vigencia hasta abril incorpora un aumento promedio de precios del 3,8 por ciento, lo que lleva el alza acumulada desde enero del año pasado al 16,2 por ciento. Ese aumento a lo largo de 14 meses es menor al 24 por ciento de inflación oficial para el 2014, y equivale a la mitad de lo que mostró el relevamiento anual del Estudio Bein.
Hay otros datos que pesan en el lado positivo de la balanza. Según información de Costa, el 70 por ciento de la población tiene una opinión favorable sobre el programa; seis de cada diez personas lo toma en cuenta para hacer las compras; y el abastecimiento se cumple en el 82 por ciento de los casos.

Más difícil es evaluar cuán beneficioso fue el programa. Un camino posible es observar en qué medida la población aprovechó la oportunidad comprando los productos de la canasta acordada. Por esa vía, aparecen datos incongruentes. Por un lado, Costa afirmó que la participación de la venta de artículos con Precios Cuidados en la facturación total de las grandes cadenas de supermercados pasó del 5 por ciento, hace un año, al 20 por ciento en la actualidad.
Si el dato fuera correcto, estaría mostrando un éxito considerable. Según el último informe sectorial del Indec, las 68 grandes cadenas de supermercados facturan mensualmente algo más de 17.000 millones de pesos. Si las ventas a Precios Cuidados representaran una quinta parte, alcanzarían los 3.400 millones de pesos por mes; un monto muy significativo que al conjunto de los consumidores los podría estar beneficiando en 500 millones por mes si se supone, por ejemplo, que el programa abarata la compra en un 15 por ciento.

Pero Costa también afirmó que la demanda de los productos incluidos en la lista aumentó en promedio un 75 por ciento desde el lanzamiento. En principio, ese porcentaje no se compatibiliza con que haya habido una cuadruplicación de la incidencia de esos productos en la facturación de las grandes cadenas; ni siquiera tomando en cuenta la enorme dispersión que se verifica en cuanto a la presencia del programa entre grandes supermercados y el resto de las bocas de expendio.
Los datos parciales que manejan dos de las empresas elaboradoras de alimentos de consumo masivo se asemejan al primero de los datos de Costa. En tal caso, si el dato cierto fuera que la demanda aumentó un 75 por ciento, cuesta afirmar que el programa haya sido hasta ahora muy beneficioso.
Pero Costa argumenta que el éxito de esa política no debe medirse sólo por el volumen de compras a Precios Cuidados. Desde un principio, y así figura en el folleto de lanzamiento, sostiene que la lista sirve, además, para que los consumidores tengan precios de referencia para comparar con los otros precios en la góndola, evaluar diferencias y elegir. La idea es que funcionen como parámetros que ordenen al resto de los precios.

Si bien tampoco es fácil evaluar la eficacia de los Precios Cuidados como referencia, hay maneras de arrimar a una conclusión. Desde una perspectiva macro, si hubieran servido como parámetro la inflación de alimentos no debería haber sido muy divergente al aumento promedio de los precios listados. Según los datos de Costa, el 16,2 por ciento de suba acumulada en Precios Cuidados no es muy diferente al 20,4 por ciento que, según el Indec, aumentaron esos rubros en el Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano.
Esa comparación tiene dos objeciones. Una es que el 20,4 está influenciado por los Precios Cuidados. La otra es que las mediciones alternativas de aumento en alimentos y bebidas arrojan alzas muy superiores. Por ejemplo, para el Estudio Bein ese capítulo se encareció un 27,4 por ciento el año pasado.

También se encuentran fuertes diferencias cuando la mirada se enfoca en productos individuales. Por ejemplo, un seguimiento propio a varios productos de consumo masivo muestra que la crema de leche La Serenísima de 200 cc., que no está incluida en la lista, cuesta un 57 por ciento más que la Ilolay, que sí figura. En el caso del dulce de leche la diferencia es del 26 por ciento.
La consultora Elypsis está por difundir un informe que muestra que los Precios Cuidados no funcionan como referencia. Dos ejemplos del trabajo: 1) mientras la botella de litro y medio de Coca Cola común, que está dentro de Precios Cuidados, subió un 6,2 por ciento desde el lanzamiento del programa, la botella de litro y medio light subió 18,1 por ciento y la de 2,25 litros, un 33,8 por ciento; 2) el pan lacteado Lactal de 390 gramos, que está en la lista, subió un 5 por ciento, pero el de la misma marca de 420 gramos en rodajas comunes aumentó 17,2 por ciento, el de 660 gramos un 19,2 por ciento, y los lacteados marcas Bimbo y Fargo de 450 gramos tuvieron una remarcación (autorizada por la Secretaría) del 27,9 y el 22,3 por ciento, respectivamente.

Una conclusión tentativa es que Precios Cuidados ha sido hasta ahora una beneficiosa oportunidad que los consumidores no han aprovechado demasiado, y que ha tenido un efecto muy limitado como ordenador de precios. Más contundente es la conclusión acerca del impacto del programa sobre la inflación. El principal “aporte” ha sido posibilitar que el Indec pondere los Precios Cuidados para morigerar la medición.
Y corresponde recordar lo que se mostró en esta columna en abril del año pasado. Los Precios Cuidados sirvieron para demostrar que las verdaderas líneas de pobreza e indigencia triplican a las que el Indec informaba.
Informaba. Dejó de hacerlo hace ya un año. Los números eran impresentables e insultantes: mostraban que la pobreza alcanzaba solo al 4,7 por ciento de la población y que la indigencia había bajado a tan solo el 1,4 por ciento.


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