Los premiaron a nivel nacional por crear una vivienda social y sustentable enclavada en la ruta del vino de la Costa El desafío era diseñar una vivienda rural o semirrural simple, de bajo costo, sustentable, ‘a medida’ de personas discapacitadas y con una unidad productiva incorporada.
Los alumnos del ciclo superior de la Escuela Técnica N° 1 de Berisso pensaron hasta el más mínimo detalle. Un ejemplo que dice mucho sobre el proyecto: tuvieron en cuenta la altura de cada equipamiento o mueble, al punto que calcularon que una madre en silla de ruedas pudiese darle un beso a su hijo en la cama antes de que se duerma. Investigaron, hicieron trabajo de campo, se asesoraron sobre cada tema, y fueron premiados.
En el marco de un concurso nacional, la subsecretaría de Vivienda y el ministerio de Educación eligieron su trabajo como el mejor de la región centro de Argentina y uno de los 5 mejores de todo el país. Un nuevo logro y un orgullo para el colegio de la populosa barriada de Villa Progreso, que en 2013 se consagró campeón nacional de Construcciones a nivel escolar.
El prototipo de vivienda ideado por los chicos de Berisso debió competir con más de 300 propuestas de otras tantas escuelas técnicas argentinas. Y al ganar el 1° premio en la región centro, se impusieron nada menos que a los establecimientos educativos del resto de la provincia de Buenos Aires, de Córdoba, de Santa Fe y de la capital federal. “Uno ve a diario el trabajo de los chicos y de las docentes, que es impresionante, pero luego todo depende de un jurado y de las propuestas de cientos de colegios, por eso es que semejante logro se valora mucho más.
Es que aquí se hace todo en forma artesanal, la maqueta, por ejemplo, la construyen ellos, mientras que hay colegios de capital o de otras provincias que la mandan a hacer”, resaltó el director de la Técnica 1, Raúl Gerez. ¿Cómo es la vivienda ganadora? ¿Dónde está implantada? ¿Qué unidad productiva se pensó para personas discapacitadas? El proyecto lleva consigo toda la impronta berissense, pues “el terreno elegido, que de acuerdo a la reglamentación del concurso debía ser de una hectárea, se ubica en un área semirrural del camino de Palo Blanco, cerca de la playa”, comentan las profesoras y arquitectas Verónica Ferenz y Maribel Guerra. ¿Qué hay allí? Plantaciones de vid para elaborar vino de la costa (ver aparte).
La vivienda debía ser simple y de bajo costo. “Se propuso un bloque que se asemeja a una caja estirada, que contrasta formalmente con la naturaleza que la circunda”, dicen los alumnos y las profesoras, aclarando que todo el bloque consta de 70 metros cuadrados.
A PRUEBA DE FUEGO
“Todo el grupo participó en el diseño del prototipo, y se hizo mucho trabajo de campo en la zona de Palo Blanco”, destaca Guerra, para indicar que los tradicionales ladrillos fueron reemplazados por estructuras de “poliuretano expandido.
Es térmico, por lo que mantiene la temperatura interior todo el año, pero además cuenta con la gran ventaja de ser ignífugo (que protege contra el fuego)”. La docente detalla que “en el país se construyen en el Chaco”, y resalta que “en Brasil ya rige la exigencia de hacer las escaleras de los edificios con este material”. Otro requisito: la vivienda debía ser sustentable. “Se pensó en un sistema que permitiese recolectar y almacenar agua de lluvia para, una vez tratada, economizar en la medida de lo posible el uso de agua potable”, contaron los estudiantes.
Calentar el agua también será misión de la naturaleza, pues se utilizará “un colector solar plano, que además posibilita, por su simpleza, la autoconstrucción por parte de los usuarios. Es de policarbonato, con un marco de chapa de aluminio, y usa mangueras negras de plástico”, indicaron. El muro trombe (o muro acumulador) es el sistema elegido para calefaccionar o refrigerar el ambiente interior.
También se apela a los muros verdes “mediante la colocación de un panel de alambre tejido que sirve como tutor para las enredaderas de hojas caducas, que proporcionan resguardo térmico ante temperaturas extremas, mientras que en invierno se vuelven permeables a los rayos del sol que son absorbidos por el muro trombe”, explica Ferenz. En ese paisaje, no utilizar la vegetación sería “imperdonable”.
EL GRAN DESAFIO
Luego llegó el gran desafío de “incorporar la temática de la accesibilidad”. “No había prototipos de viviendas con accesibilidad universal, de modo que ese fue un punto de inflexión para todos los proyectos”, dijeron. Y los chicos pasaron a explicar cada detalle que hace de esta vivienda un lugar a la medida de personas con diferentes discapacidades. Ante todo, se ingresa por una rampa.
Los espacios son amplios e integrados. Por caso, el estar, el comedor y la cocina forman un único y gran ambiente. Hay un dormitorio principal y uno secundario, y un baño de grandes dimensiones, con barrales. “La casa está ideada para que una silla de ruedas se pueda trasladar de un lugar a otro con absoluta normalidad, y que pueda girar sin toparse con nada en cualquier sitio”, dicen los responsables del proyecto.
Para ello tuvieron muy en cuenta -además de los espacios integrados y amplios- el tema de “las alturas”. “No existe el bajo mesada, por ejemplo, y un discapacitado motriz puede acceder desde su silla a todo el equipamiento del hogar. De hecho, los chicos hasta pensaron en que una madre en esa situación pueda, con un solo movimiento de cuerpo, besar a su hijo en la cama cuando se va a dormir”, resaltó Maribel Guerra.
Otro punto a destacar es el de los pisos. Armados con bloques de cemento, cada uno tiene incrustadas tapitas de plástico a distintas profundidades “para generar diferentes texturas; eso le permite a un no vidente saber que pasó de una habitación a otra”, explican los alumnos. Así, desde “la Franja” berissense surgió la primera vivienda accesible y ecológica.
Fuente : El Dia
En el marco de un concurso nacional, la subsecretaría de Vivienda y el ministerio de Educación eligieron su trabajo como el mejor de la región centro de Argentina y uno de los 5 mejores de todo el país. Un nuevo logro y un orgullo para el colegio de la populosa barriada de Villa Progreso, que en 2013 se consagró campeón nacional de Construcciones a nivel escolar.
El prototipo de vivienda ideado por los chicos de Berisso debió competir con más de 300 propuestas de otras tantas escuelas técnicas argentinas. Y al ganar el 1° premio en la región centro, se impusieron nada menos que a los establecimientos educativos del resto de la provincia de Buenos Aires, de Córdoba, de Santa Fe y de la capital federal. “Uno ve a diario el trabajo de los chicos y de las docentes, que es impresionante, pero luego todo depende de un jurado y de las propuestas de cientos de colegios, por eso es que semejante logro se valora mucho más.
Es que aquí se hace todo en forma artesanal, la maqueta, por ejemplo, la construyen ellos, mientras que hay colegios de capital o de otras provincias que la mandan a hacer”, resaltó el director de la Técnica 1, Raúl Gerez. ¿Cómo es la vivienda ganadora? ¿Dónde está implantada? ¿Qué unidad productiva se pensó para personas discapacitadas? El proyecto lleva consigo toda la impronta berissense, pues “el terreno elegido, que de acuerdo a la reglamentación del concurso debía ser de una hectárea, se ubica en un área semirrural del camino de Palo Blanco, cerca de la playa”, comentan las profesoras y arquitectas Verónica Ferenz y Maribel Guerra. ¿Qué hay allí? Plantaciones de vid para elaborar vino de la costa (ver aparte).
La vivienda debía ser simple y de bajo costo. “Se propuso un bloque que se asemeja a una caja estirada, que contrasta formalmente con la naturaleza que la circunda”, dicen los alumnos y las profesoras, aclarando que todo el bloque consta de 70 metros cuadrados.
A PRUEBA DE FUEGO
“Todo el grupo participó en el diseño del prototipo, y se hizo mucho trabajo de campo en la zona de Palo Blanco”, destaca Guerra, para indicar que los tradicionales ladrillos fueron reemplazados por estructuras de “poliuretano expandido.
Es térmico, por lo que mantiene la temperatura interior todo el año, pero además cuenta con la gran ventaja de ser ignífugo (que protege contra el fuego)”. La docente detalla que “en el país se construyen en el Chaco”, y resalta que “en Brasil ya rige la exigencia de hacer las escaleras de los edificios con este material”. Otro requisito: la vivienda debía ser sustentable. “Se pensó en un sistema que permitiese recolectar y almacenar agua de lluvia para, una vez tratada, economizar en la medida de lo posible el uso de agua potable”, contaron los estudiantes.
Calentar el agua también será misión de la naturaleza, pues se utilizará “un colector solar plano, que además posibilita, por su simpleza, la autoconstrucción por parte de los usuarios. Es de policarbonato, con un marco de chapa de aluminio, y usa mangueras negras de plástico”, indicaron. El muro trombe (o muro acumulador) es el sistema elegido para calefaccionar o refrigerar el ambiente interior.
También se apela a los muros verdes “mediante la colocación de un panel de alambre tejido que sirve como tutor para las enredaderas de hojas caducas, que proporcionan resguardo térmico ante temperaturas extremas, mientras que en invierno se vuelven permeables a los rayos del sol que son absorbidos por el muro trombe”, explica Ferenz. En ese paisaje, no utilizar la vegetación sería “imperdonable”.
EL GRAN DESAFIO
Luego llegó el gran desafío de “incorporar la temática de la accesibilidad”. “No había prototipos de viviendas con accesibilidad universal, de modo que ese fue un punto de inflexión para todos los proyectos”, dijeron. Y los chicos pasaron a explicar cada detalle que hace de esta vivienda un lugar a la medida de personas con diferentes discapacidades. Ante todo, se ingresa por una rampa.
Los espacios son amplios e integrados. Por caso, el estar, el comedor y la cocina forman un único y gran ambiente. Hay un dormitorio principal y uno secundario, y un baño de grandes dimensiones, con barrales. “La casa está ideada para que una silla de ruedas se pueda trasladar de un lugar a otro con absoluta normalidad, y que pueda girar sin toparse con nada en cualquier sitio”, dicen los responsables del proyecto.
Para ello tuvieron muy en cuenta -además de los espacios integrados y amplios- el tema de “las alturas”. “No existe el bajo mesada, por ejemplo, y un discapacitado motriz puede acceder desde su silla a todo el equipamiento del hogar. De hecho, los chicos hasta pensaron en que una madre en esa situación pueda, con un solo movimiento de cuerpo, besar a su hijo en la cama cuando se va a dormir”, resaltó Maribel Guerra.
Otro punto a destacar es el de los pisos. Armados con bloques de cemento, cada uno tiene incrustadas tapitas de plástico a distintas profundidades “para generar diferentes texturas; eso le permite a un no vidente saber que pasó de una habitación a otra”, explican los alumnos. Así, desde “la Franja” berissense surgió la primera vivienda accesible y ecológica.
Fuente : El Dia
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