El kirchnerismo local está confiado. Ya tiene doce votos que le aseguran mayoría en el Concejo Deliberante siempre y cuando retenga la presidencia. ¿Por qué? Porque el titular del cuerpo tiene doble voto en caso de empate.
O sea: si alguna propuesta del oficialismo es rechazada por toda la oposición, el presidente del Concejo Deliberante alza la mano y se acaba el debate.
Pero la oposición también tiene doce votos. Claro que fragmentados en cinco bloques. El Frente Renovador tendrá su propia bancada. Serán al menos seis. Los cinco massistas puros con Martín Marinucci a la cabeza más la actual concejal Mariana Mansilla.
El macrista Ramiro Tagliaferro entró con la lista del Frente Renovador pero aún no se sabe si se sumará al mismo bloque. Un análisis rápido indica que es improbable. Al igual que Marinucci, Tagliaferro quiere pelear la intendencia en 2015. Ahí ya hay dos bloques de la oposición.
El Frente Progresista no es una unidad monolítica. Por el contrario, la relación entre pares es bastante débil. Puede que conformen tres bloques. La concejal Adriana Kreiman seguirá con el suyo (Partido Socialista – Frente Amplio Progresista). La concejal Analía Zapulla sumará a Hugo Legramanti al bloque Frente Amplio Progresista (a secas). Y el radical Marcelo Joaquim puede que establezca alianza con el socialista Favio Martínez y consoliden otro bloque. Cinco concejales, tres bloques.
En total, la oposición se dividrá en cinco bloques lo que a simple vista parece increíble pero es un avance. Actualmente existen siete bloques de la oposición. Ahora bien, si los doce concejales de la oposición se ponen de acuerdo, se dará un empate en diciembre a la hora de dirimir a quién le corresponde la presidencia del Cuerpo. La Ley Orgánica de las Municipalidades dice que en casos de empate, gana el candidato propuesto por el partido ganador. Otra interpretación es que en caso de empate, gana el candidato que pertenece al partido ganador. Son dos cosas distintas y hoy se debaten en los núcleos políticos. Pero si algo está claro es que ambos sectores, oficialismo y oposición, pelearán hasta el último momento por la titularidad del Concejo.
El macrista Ramiro Tagliaferro entró con la lista del Frente Renovador pero aún no se sabe si se sumará al mismo bloque. Un análisis rápido indica que es improbable. Al igual que Marinucci, Tagliaferro quiere pelear la intendencia en 2015. Ahí ya hay dos bloques de la oposición.
El Frente Progresista no es una unidad monolítica. Por el contrario, la relación entre pares es bastante débil. Puede que conformen tres bloques. La concejal Adriana Kreiman seguirá con el suyo (Partido Socialista – Frente Amplio Progresista). La concejal Analía Zapulla sumará a Hugo Legramanti al bloque Frente Amplio Progresista (a secas). Y el radical Marcelo Joaquim puede que establezca alianza con el socialista Favio Martínez y consoliden otro bloque. Cinco concejales, tres bloques.
En total, la oposición se dividrá en cinco bloques lo que a simple vista parece increíble pero es un avance. Actualmente existen siete bloques de la oposición. Ahora bien, si los doce concejales de la oposición se ponen de acuerdo, se dará un empate en diciembre a la hora de dirimir a quién le corresponde la presidencia del Cuerpo. La Ley Orgánica de las Municipalidades dice que en casos de empate, gana el candidato propuesto por el partido ganador. Otra interpretación es que en caso de empate, gana el candidato que pertenece al partido ganador. Son dos cosas distintas y hoy se debaten en los núcleos políticos. Pero si algo está claro es que ambos sectores, oficialismo y oposición, pelearán hasta el último momento por la titularidad del Concejo.
Nadie piensa regalar algo. ¿De qué sirve? En principio, el presidente maneja el presupuesto del cuerpo que ronda los 24 millones de pesos anuales. También tiene el voto doble y maneja los acuerdos de comisión. Quien tenga la presidencia facilitará o no la gestión del intendente Lucas Ghi. La última experiencia “cruzada” fue entre 1997 y 1999 cuando el frepasista Juan José Pisano comandó un Concejo Deliberante que terminó destituyendo al entonces intendente Juan Carlos Rousselot. Como ven, en juego hay mucho más que un cargo.
Por Andrés Llinares para diario Anticpos
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