Trabajadores de la Linea Sarmiento en Estado de Alerta

Llegamos a los 15 meses de la masacre de Once. Este hecho mostró con crudeza que la estafa de la privatización de los ’90 y vigente hasta la fecha, no solo significó el vaciamiento de los ferrocarriles y un gran robo de fondos del Estado sino que se cobró el precio más alto con vida de trabajadores.
En todo este período los ferroviarios alertamos y denunciamos ante todo organismo oficial la precariedad del servicio y sostuvimos una actitud atenta a las tareas necesarias para la superación de la emergencia aportando el conocimiento y el trabajo que hiciera falta.Al planteo de renovación total del parque en el Sarmiento y el Mitre, dijimos que esta decisión evidenciaba el daño realizado por las concesionarias, y que, con nuestras reservas al respecto, esperábamos la llegada de los equipos pero advertimos que mientras tanto debía garantizarse el servicio con todo el material disponible, reparando, ejecutando las obras y adquiriendo los repuestos imprescindibles.Sin negarnos a diálogo alguno, aún cuando las condiciones no fueran las mejores ni las respuestas, las esperadas, pedimos señales de que había voluntad de recuperar el servicio. No exigimos inmediatez pero si un ritmo sostenido en la provisión de materiales y herramientas para reparar la desidia de una década y media de corrupción.

Al día de hoy esas señales son negativas. La falta de repuestos y suministros para las formaciones diesel llevó a que los compañeros de Taller Liniers tomaran una medida y exijan materiales para reparar las locomotoras que hace más de 6 meses están inutilizadas. Lo mismo sucede en el servicio eléctrico. En depósito Castelar se acumulan los coches y sin más lugar donde meterlos se imposibilita el lavado nocturno de las formaciones en servicio. Esto ha generado que haya menos formaciones eléctricas y una merma sustancial de locomotoras en los ramales, reduciéndose así la frecuencia y empeorando las condiciones de hacinamiento para el usuario. Con 24 formaciones eléctricas se brinda un mal servicio; hace más de un año que como máximo circulan 14.

El centenario sistema de señalamiento sigue esperando su renovación. A tal punto llegó el deterioro que el trabajo de los banderilleros se ha transformado en una tarea de alto riesgo por la permanente falla en las señales. Se ha tornado recurrente que las barreras se levanten 50 metros antes de que pase el tren.

Los trabajadores hemos presentado alternativas para resolver estas falencias pero, aunque las han recepcionado, no se ha ejecutado ni estas sugerencias ni ninguna otra. Por ejemplo, hemos propuesto renovar con trabajo de ferroviario y con la selección de rieles y durmientes removidos de la línea eléctrica, el tramo de 5 km que va de Gowlan a Mercedes. A esto la empresa respondió demorando la entrega de los materiales y la asignación de la cuadrilla. Al día de hoy la reparación no se hizo y es justamente en ese tramo mencionado que las formaciones tienen que circular con precaución a 12km/h y próximamente tendrán que ir a 5km/h.

Las necesarias obras de infraestructura confiadas a empresas contratistas que siempre han parasitado al Estado, se han realizado con falta de idoneidad y en desmedro de la seguridad de usuarios, transeúntes y trabajadores. Hemos sido los ferroviarios los que señalamos y enmendamos los errores que entorpecen aún más el servicio.

Hasta aquí, lo señalado, es solo una parte de los problemas y no hacemos enumeración del sin fin de reclamos de cada uno de los sectores de trabajo de los ferroviarios que obedecen a una administración que opera con total indolencia. A mediados del año pasado Randazzo anunció una “revolución ferroviaria” y con la misma pintura que maquillo estaciones nos quiso tapar los ojos. Las inversiones se fueron en embellecimiento y llegaron hasta 22 de febrero de este año. Desde entonces los fondos bajaron notablemente y debajo de la pintura comenzaron, principalmente en los andenes, a brotar grietas de peligroso tamaño.

La situación del Sarmiento es una expresión de lo que sucede en todo el sistema ferroviario. El Mitre ha desplazado del triste primer puesto a nuestra línea. Si miramos a Ferrobaires, línea del Estado provincial, conducida por un grupo de delincuente, terminamos de tomar consciencia del colapso. Capítulo aparte merece la carga que en manos de los grandes exportadores nacionales y extranjeros sigue siendo destruido.

A diferencia de las conducciones cómplices y beneficiarias del robo, nosotros hemos denunciado y exigido siempre una respuesta integral que desande el camino de la entrega. Tenemos la firme determinación de recuperar el ferrocarril y ponerlo al servicio del pueblo para lo cual seguimos sosteniendo, hoy más que nunca, que la salida de fondo es la desestatización de todo el sistema ferroviario en una única empresa estatal bajo control y administración de los trabajadores y usuarios.

Por todo lo expuesto, y dado el incumplimiento de los compromisos realizados por empresas y Estado ante los trabajadores que con serenidad venimos esforzándonos para normalizar el servicio, nos declaramos en estado de alerta.
Cuerpo de Delegados Unión Ferroviaria seccional gran Buenos Aires Oeste

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