Se trata del Instituto Médico Agüero, que atendió a una mujer embarazada que falleció, al igual que su bebé. Según trascendió, la joven había ido a atenderse por un fuerte dolor de espalda, pero en la institución le recetaron calmantes y la mandaron a su casa.
Con fuertes dolores, tiempo después regresó al lugar. Al día siguiente, primero murió su bebé y luego ella, aparentemente por una “hepatitis fulminante”.
Este martes, según el responsable de la entidad -quien lamentó el hecho y aseguró que la clínica “acompaña el dolor de la familia”- el Ministerio de Salud recorrió el establecimiento y “encontró el sanatorio en las condiciones que merece un centro de alta complejidad como éste”.
Esta semana, los allegados a la joven abrieron una página en Facebook en la que reclaman que se tomen cartas en el asunto y que se llama “JusticiaxMariela”. El lunes a la noche, los familiares y amigos de la víctima se manifestaron en la puerta del instituto.
“Mi esposa estaba de 8 meses y medio. Me dicen que no la pueden medicar y la mandaron a la guardia clínica” manifestó su esposo, desolado por la situación que vivió y agregó que aguardaron mientras Mariela estaba “apoyada en la pared, llorando del dolor que tenía y gracias a una señora que se apiadó y le dio su lugar la atendieron”, destaca Diario Popular.
Ante esto, Luis, marido de la víctima Mariela González, afirmó: “Mi señora estaba mal, no le hicieron ni un análisis. Le hicieron la cesárea y le dijeron que el bebé estaba muerto. Yo siempre lo vi de afuera. Hoy lo vivo en carne propia y solamente quiero justicia”, mencionó visiblemente conmocionado.
En el relato desgarrador, comentó que su mujer estaba cursando el octavo mes de su embarazo cuando se desencadenó todo y acusa a la clínica por mala praxis, además de denunciar que la entidad no cuenta con morgue.
Tras un primer examen médico, González fue medicada con un corticoide y se retiró a su casa. Sin embargo, el dolor siguió, por lo que la embarazada volvió el domingo 12 de mayo a la clínica. Allí, los obstetras que la atendieron notaron que su bebé estaba muerto. Poco después, le practicaron una cesárea y luego quedó internada en terapia intensiva. Tres días después, la joven entró en coma farmacológico y murió en la clínica. Según los médicos, tanto Mariela como su bebé fallecieron por una hepatitis fulminante que se manifestó recién el domingo y la joven embarazada venía incubando desde hace tiempo. “Primero me dijeron que era pancreatitis, me dijeron tantas cosas que ya no sé”, aseguró el hombre este lunes a la noche.
“Ella murió y dejaron el cuerpo tirado en un espacio en construcción, al lado de una pared de cartón. La tuvieron toda la noche así. A mi hijo lo pusieron adentro de una heladera. Hay cosas que no entran en la cabeza. Mi señora estuvo seis horas en una sala común con dolores y nadie nos explicó nada”, dijo el hombre en declaraciones televisivas.
Desde la clínica, el responsable Moisés Libedinsky destacó a la prensa que se trató de un caso “muy grave”, que hablaron con el marido de la joven y que acompañaron “el dolor de Luis”.
“Sus dos hijos nacieron en esta clínica. En el sanatorio trabajamos más de 450 personas, estamos hace más de 30 años y nos duele muchísimo. Los médicos trabajamos en función de un protocolo médico y nos debemos a él. Está en la humanidad de cada uno seguir adelante con eso”, remarcó.
En este sentido, explicó que este es el único caso documentado en la provincia de Buenos Aires. “Somos un sanatorio que ha derivado hace un tiempo a una paciente con una hepatitis grave que fue a un hospital privado muy importante y fue trasplantada durante su embarazo. Este caso fue diferente, muy grave, fulminante y aún así hicimos todo lo posible para que estuviera mejor”, resaltó.
Este martes, según el responsable de la entidad -quien lamentó el hecho y aseguró que la clínica “acompaña el dolor de la familia”- el Ministerio de Salud recorrió el establecimiento y “encontró el sanatorio en las condiciones que merece un centro de alta complejidad como éste”.
Esta semana, los allegados a la joven abrieron una página en Facebook en la que reclaman que se tomen cartas en el asunto y que se llama “JusticiaxMariela”. El lunes a la noche, los familiares y amigos de la víctima se manifestaron en la puerta del instituto.
“Mi esposa estaba de 8 meses y medio. Me dicen que no la pueden medicar y la mandaron a la guardia clínica” manifestó su esposo, desolado por la situación que vivió y agregó que aguardaron mientras Mariela estaba “apoyada en la pared, llorando del dolor que tenía y gracias a una señora que se apiadó y le dio su lugar la atendieron”, destaca Diario Popular.
Ante esto, Luis, marido de la víctima Mariela González, afirmó: “Mi señora estaba mal, no le hicieron ni un análisis. Le hicieron la cesárea y le dijeron que el bebé estaba muerto. Yo siempre lo vi de afuera. Hoy lo vivo en carne propia y solamente quiero justicia”, mencionó visiblemente conmocionado.
En el relato desgarrador, comentó que su mujer estaba cursando el octavo mes de su embarazo cuando se desencadenó todo y acusa a la clínica por mala praxis, además de denunciar que la entidad no cuenta con morgue.
Tras un primer examen médico, González fue medicada con un corticoide y se retiró a su casa. Sin embargo, el dolor siguió, por lo que la embarazada volvió el domingo 12 de mayo a la clínica. Allí, los obstetras que la atendieron notaron que su bebé estaba muerto. Poco después, le practicaron una cesárea y luego quedó internada en terapia intensiva. Tres días después, la joven entró en coma farmacológico y murió en la clínica. Según los médicos, tanto Mariela como su bebé fallecieron por una hepatitis fulminante que se manifestó recién el domingo y la joven embarazada venía incubando desde hace tiempo. “Primero me dijeron que era pancreatitis, me dijeron tantas cosas que ya no sé”, aseguró el hombre este lunes a la noche.
“Ella murió y dejaron el cuerpo tirado en un espacio en construcción, al lado de una pared de cartón. La tuvieron toda la noche así. A mi hijo lo pusieron adentro de una heladera. Hay cosas que no entran en la cabeza. Mi señora estuvo seis horas en una sala común con dolores y nadie nos explicó nada”, dijo el hombre en declaraciones televisivas.
Desde la clínica, el responsable Moisés Libedinsky destacó a la prensa que se trató de un caso “muy grave”, que hablaron con el marido de la joven y que acompañaron “el dolor de Luis”.
“Sus dos hijos nacieron en esta clínica. En el sanatorio trabajamos más de 450 personas, estamos hace más de 30 años y nos duele muchísimo. Los médicos trabajamos en función de un protocolo médico y nos debemos a él. Está en la humanidad de cada uno seguir adelante con eso”, remarcó.
En este sentido, explicó que este es el único caso documentado en la provincia de Buenos Aires. “Somos un sanatorio que ha derivado hace un tiempo a una paciente con una hepatitis grave que fue a un hospital privado muy importante y fue trasplantada durante su embarazo. Este caso fue diferente, muy grave, fulminante y aún así hicimos todo lo posible para que estuviera mejor”, resaltó.
Fuente: Diario NCO
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