Les copio algo que escribi, en mis momentos de nostalgia. Mi casa, estaba en la calle R. Gutiérrez al 100, asistí a la escuela Nro 21.
Tengo 68 años, o sea que a muchos de los que lean esto, les resultara extraño o alegre. Según de que época sean.
Espero les llegue y les guste lo suficiente como para publicarlo. Y quizá...alguien de aquella maravillosa época, llegue a leerlo...a esas posibles personas, les digo, que se comuniquen de alguna forma, aportando lo que sea.
El escrito, no lo puedo presentar con ninguna foto alusiva de esa época. No tengo.
Mi mas sincero deseo, de que sigan dejando recuerdos escritos en estas paginas. La tecnología, nos da esa posibilidad.
TERESA GOMEZ
EL BARRIO… (
Ramos )
T.GOMEZ
Tengo 68 años, o sea que a muchos de los que lean esto, les resultara extraño o alegre. Según de que época sean.
Espero les llegue y les guste lo suficiente como para publicarlo. Y quizá...alguien de aquella maravillosa época, llegue a leerlo...a esas posibles personas, les digo, que se comuniquen de alguna forma, aportando lo que sea.
El escrito, no lo puedo presentar con ninguna foto alusiva de esa época. No tengo.
Mi mas sincero deseo, de que sigan dejando recuerdos escritos en estas paginas. La tecnología, nos da esa posibilidad.
Es algo, que no puedo
evitar…la nostalgia que siento al recordar aquel barrio de mi niñez, que aun
comparto, con muy pocas personas como yo.
Las
rezagadas, que nos quedamos…
Algunos, porque la ley de la vida los llevo,
otros porque cambiaron de lugar.
Haya sido, por lo que haya sido, tengo todo lo
vivido, muy presente, y me parece que fue ayer, cuando salíamos en bandadas con
mis amigas, en bicicleta o en patines.
Las consignas eran estas:
De muy chica, el tema predominante, era jugar,
jugar y jugar.
Después de la siesta, en verano, y del colegio
en invierno, podíamos salir a jugar.( Ojo, después de tomar la leche ¡!, eso
era sagrado).
Nada de
Clubs, ni peloteros. Eso no se usaba.
Los
cumpleaños se festejaban en las casas, con chocolate y la infaltable torta, con
las rositas de colores y las velitas que hacían recordar el tiempo de vida.
Estas, las comprabamos, en el almacén de doña Juana y don Ramón.
De
antemano, sabíamos en que iban a consistir los regalitos, y donde eran
comprados.( en la tienda de doña
Dora y don Pepe ): hebillas para el
pelo, pañuelos, perfumes, o hebillas para el pelo, pañuelos, perfumes, o en su
defecto, hebillas para el pelo, pañuelos , perfumes.
El
club, era reservado para las adolescentes, con su pileta de natación, y sus
bailes de Carnaval. (Este era un tema no menor) Ahhhhhhh que locura el
Carnaval…con las bombitas de agua y los pomos de goma. Todo un tema, que
merecería un capitulo aparte.
Según
el momento o la moda. Había varios juegos que nos ocupaban a mí y a mis amigas,
que no eran otras que las vecinas, y alguna compañerita de la escuela. Aquella
Escuela, que aun hoy veo, y que albergo a mi generación y a la de mi hija. Y
sigue albergando descendientes.
Dejando de lado, las consabidas, Mancha,
(venenosa, pared, etc.) y La Escondida…que nos daba lugar a compartir el
escondite con algún chico del barrio, que nos gustara…
existían los otros juegos, los pacificos…
Uno de
ellos era jugar a las figuritas. Que emoción, lograr tener aquella que todas
admirábamos. La extranjera!
Como disfrutábamos en la lucha por tenerla.
Jugábamos dos por una, como en el Súper,
jajaja
Si
jugábamos en buena ley, lo respetábamos, pero nunca faltaba la peleadora, la
traicionera, que se revelaba y de un manotazo, te la arrancaba de la mano,
arrepentida por haber aceptado jugarla.
Claro que se tenía que bancar que no le
habláramos en todo el día. Le decíamos:… no, con vos
no me junto,… sos una mulera ¡!...corto
mano, corto fierro…
Se les daba la categoría de extranjeras,
cuando tenían una serie de detalles, que no eran típicos de acá. No me
pregunten que, solo se, que la mirábamos y nos dábamos cuenta. Era como pasar
los billetes actuales, por la maquinita de verificación.(falso o real ).
Eso, como todas las cosas, se fue quedando
atrás, al aparecer las de brillantes.
Esas
eran la novedad. Estaban llenas de purpurina. Pero no tenia tanta gracia tenerlas.
Esas las comprábamos con dinero, las otras en cambio, las ganábamos con nuestro
sudor y lágrimas
. Si, lagrimas…leen bien. Mas de una de
nosotras lloro por recuperar aquella del angelito, o las de las rosas, ahhhhh
las de las rosas, que belleza. Había dos modelos, las cuadradas, y las recortadas. Y usábamos
un cuaderno, para jugar. Entre la tapa, y la primera hoja, se ponía la
figurita. CARA O SECA? Que emocionante, cuando se abría el cuaderno.
Ya mas grandes, cuando pisábamos los doce o
trece años, era cuando mas disfrutábamos de la bici, porque ya nos permitían ir
lejos. Ya no era en la cuadra, que desde ya, era de tierra, de la que hemos
llegado a comer muchas veces, ante una caída estrepitosa.
Ya nos
alejábamos del barrio. Nos íbamos lejos!!.
En las noches calurosas del verano, las
familias, salían a la puerta, con sus consabidos sillones y banquitos. Los
grandes charlaban, y los chicos, desaparecíamos con la bici.
Seguramente, muchos de los que lean esto, si
son de la zona, recuerden la quinta LA
ANGELITA, que no fue nada más ni
nada menos, que el hoy conocido boliche bailable PINAR DE ROCHA.
Era una manzana entera, como es ahora, pero
era usada por las parejas que se besaban amparadas por las sombras, hasta que
las simpáticas nenas (nosotras), llegaban tocando timbre sin parar.
Todo era inocente. Vivíamos cada etapa. No
salteábamos ninguna. Era una niñez/juventud, sana. Y se podía disfrutar de
todas esas pequeñas cosas, que hoy, es imposible, para nuestros nietos. Ellos
no lo pudieron palpar. No lo pudieron saborear.
Mi infancia, fue muy feliz, a pesar de no
haber tenido ni la décima parte, de lo que tienen ahora los chicos.. Y no nos
quedo trauma alguno.
Después, las calles se fueron asfaltando, las
gentes, empezaron a dejar de salir a la vereda, por las dudas!!!! Los coches no
nos permitían estar en paz, en el medio de la calle y así fuimos creciendo, y
cambiando las distracciones por las obligaciones.
Los Estudios, empezar a trabajar, algunas
antes otras después, con los primeros novios, nos alejábamos un poco, pero
siempre a EL BARRIO, le éramos
fieles.
Hoy…ya casi llegando a la vejez, me regocijo
cuando por mi mente, pasan todos estos momentos, como películas.
Películas románticas, películas de acción, de
misterio, cómicas y alguna que otra dramática.
Y al escribir ahora, PELÍCULAS, se me representa, el cine de los domingos, en la casa parroquial de la Iglesia Ntra Sra del Carmen. La Iglesia, en la que
muchos de todos nosotros, tomamos la primera Comunión, y quizá, también algunos
se hayan casado, y hayan repetido la historia, bautizando a sus hijos, y por
que no?? asistiendo a su boda.
Esto…da para mucho, mucho, más. ¡!!
Lo rescatable, es la felicidad que vivimos,
las cosas que aprendimos, los amigos que aun tenemos la suerte de ver.
En fin, tantos recuerdos lindos, que espero no
les hayan sido pesados leer.
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