Pasó medio siglo desde que la violenta manifestación obrero-estudiantil ocurrida en la provincia de Córdoba cambiara la cara de la política nacional. Fotos y video.
Este miércoles 29 de mayo se cumplen 50 años de la protesta obrero-estudiantil, ocurrida el 29 y 30 de este mes de 1969, en oposición al régimen dictatorial encabezado por Juan Carlos Onganía que se denominó "Cordobazo".
El movimiento se originó luego de que las dos CGT nacionales decidieron una huelga general debido a que Onganía se negaba a restablecer la negociación colectiva y la actualización salarial, suspendidas en el ´67. En Córdoba lo adelantaron un día y adoptaron la modalidad propuesta por Agustín Tosco del Sindicato de Luz y Fuerza, que implicaba el abandono de los lugares de trabajo desde las 10 horas hasta el día siguiente -es decir por 36 horas, en lugar de 24- y la movilización hasta un acto en el local de la CGT.
Durante la marcha, las columnas fueron detenidas en puntos estratégicos, por parte de la policía provincial y federal que comenzaron a atacarlos para evitar que lleguen al centro cordobés. Sin embargo, los manifestantes lograron llegar y recibieron el apoyo de los vecinos, quienes los protegieron: armaron barricadas para que la policía montada no pudiera ingresar e incluso se sumaron a la acción.
Fue un punto de inflexión en la historia social y política de la Argentina reciente De este modo, la protesta que se inició como una movilización pacífica al centro, ocupó distintos barrios de la ciudad por lo que la policía se vio desbordada y se replegó en la central. Tras la protesta, si bien no hay cifras oficiales, había cerca de quince muertos y la ciudad estaba en manos de los ciudadanos. Según recrea la historiadora e investigadora independiente del CONICET, Mónica Gordillo, el gobernador Carlos José Caballero pidió la intervención del ejército y declaró estado de sitio. La ciudad se vació y la resistencia se concentró principalmente en el Barrio de Clínicas.
El sindicato Luz y Fuerza decidió un corte de luz en ese sector para dificultar el ingreso del ejército y aparecieron algunos francotiradores. Se produjeron enfrentamientos y finalmente el ejército redujo la resistencia. Tampoco se informó la cantidad de detenidos, pero hubo muchos, entre ellos dirigentes sindicales, como Agustín Tosco y Elpidio Torres, entre otros. Finalmente renunció el gobernador de Córdoba y se reabrieron las negociaciones colectivas. Se inauguró un ciclo de protestas en ascenso y comenzó a resquebrajarse la imagen de unidad y orden que mostraba el régimen.
También tuvo lugar una crisis de las autoridades en diversos ámbitos, como por ejemplo en las conducciones sindicales.
D.R./D.S.
Fuente: Diario Perfil
Este miércoles 29 de mayo se cumplen 50 años de la protesta obrero-estudiantil, ocurrida el 29 y 30 de este mes de 1969, en oposición al régimen dictatorial encabezado por Juan Carlos Onganía que se denominó "Cordobazo".
El movimiento se originó luego de que las dos CGT nacionales decidieron una huelga general debido a que Onganía se negaba a restablecer la negociación colectiva y la actualización salarial, suspendidas en el ´67. En Córdoba lo adelantaron un día y adoptaron la modalidad propuesta por Agustín Tosco del Sindicato de Luz y Fuerza, que implicaba el abandono de los lugares de trabajo desde las 10 horas hasta el día siguiente -es decir por 36 horas, en lugar de 24- y la movilización hasta un acto en el local de la CGT.
Durante la marcha, las columnas fueron detenidas en puntos estratégicos, por parte de la policía provincial y federal que comenzaron a atacarlos para evitar que lleguen al centro cordobés. Sin embargo, los manifestantes lograron llegar y recibieron el apoyo de los vecinos, quienes los protegieron: armaron barricadas para que la policía montada no pudiera ingresar e incluso se sumaron a la acción.
Fue un punto de inflexión en la historia social y política de la Argentina reciente De este modo, la protesta que se inició como una movilización pacífica al centro, ocupó distintos barrios de la ciudad por lo que la policía se vio desbordada y se replegó en la central. Tras la protesta, si bien no hay cifras oficiales, había cerca de quince muertos y la ciudad estaba en manos de los ciudadanos. Según recrea la historiadora e investigadora independiente del CONICET, Mónica Gordillo, el gobernador Carlos José Caballero pidió la intervención del ejército y declaró estado de sitio. La ciudad se vació y la resistencia se concentró principalmente en el Barrio de Clínicas.
El sindicato Luz y Fuerza decidió un corte de luz en ese sector para dificultar el ingreso del ejército y aparecieron algunos francotiradores. Se produjeron enfrentamientos y finalmente el ejército redujo la resistencia. Tampoco se informó la cantidad de detenidos, pero hubo muchos, entre ellos dirigentes sindicales, como Agustín Tosco y Elpidio Torres, entre otros. Finalmente renunció el gobernador de Córdoba y se reabrieron las negociaciones colectivas. Se inauguró un ciclo de protestas en ascenso y comenzó a resquebrajarse la imagen de unidad y orden que mostraba el régimen.
También tuvo lugar una crisis de las autoridades en diversos ámbitos, como por ejemplo en las conducciones sindicales.
D.R./D.S.
Fuente: Diario Perfil
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