A lo largo de todo el día de ayer, las encargadas de la organización con cientos de colaboradores desinteresados terminaron de embalar los paquetes y de afinar la logística para que los vehículos zarpen a su destino, que son miles de nenas y nenes de la Argentina.
María Laura Companys y Fernanda Supzeszyn, las responsables del exitoso Proyecto Mochi que otra vez juntó gran cantidad de útiles escolares
Si de solidaridad se trata, a María Laura Companys y Fernanda Supzeszyn poco les importa terminar el día agotadas y haber dejado a la familia de lado. Había una misión que cumplir y a lo largo de más de 14 horas de un sábado la única prioridad era la logística y organización para que todo termine como era debido.
Contaron, es válido expresarlo, con una enorme colaboración, de personas que, con sus hijos, veían la movida y se entusiasmaban con seguir ayudando, más allá de aportar los útiles escolares que la campaña pretendió juntar. Entonces todo se hizo más fácil, como siempre ocurre cuando los eslabones están bien unidos y hacen de una cadena un elemento sólido.
El Proyecto Mochi 2019 llegó a su fin ayer, con la recolección de los productos en el club Les Quatre Barres, de Castelar. Por allí desfilaron una innumerable cantidad de vecinos de la región que no quisieron perderse la noble ocasión de entregar algún lápiz, cartuchera, goma, fibra, hojas, carpeta de manera integral en una mochila o, sorprendentemente, de manera aislada, en un gesto que enaltece a los anónimos participantes.
“Se juntó un poco menos que el año pasado pero se dio un fenómeno que hizo que mucha gente no pudiera donar una mochila completa pero igual donó útiles sueltos. Eso muestra que quieren seguir siendo parte del proyecto con lo que se pueda, que también es bienvenido”, resume Companys en conversación con Primer Plano Online.
“Juntamos un tanto menos porque el proyecto se replicó en varios lugares como Mendoza, Tucumán, Olavarría, La Plata, desde donde antes las mandaban para acá y ahora pudieron recibirlas directamente. Como sea, lo importante es que la propuesta crece y la solidaridad también”, reflexionó Supzeszyn.
Entre las cosas que llegaron para enviar a nenes y nenas de comedores e instituciones de ayuda desparramadas por todo el país hubo escarapelas tejidas a mano, guardapolvos y hasta mochilas a las que el donante no le pudo agregar contenido. Pero, como una mano lava la otra, entre todos pudieron ponerle los variados artículos que llegaron y así dejarla lista para que el receptor tenga lo indispensable para comenzar su ciclo lectivo.
Además, hubo empresas y particulares que son parte del proyecto colaborando con el transporte, algo clave para que la distribución sea rápida y lo más dinámica posible. Eso no se remite sólo a llevar las mochilas una vez embaladas sino que también hubo quienes fueron a los centros de acopio y luego las llevaron a Castelar. Todo es un mecanismo solidario inmenso, como el corazón agradecido de quienes reciben los útiles.
Por unos días, luego de terminar de hacer el respectivo inventario para publicar los números finales, Companys y Supzeszyn harán que se ocupan de otra cosa y no llamarán la atención por las redes con sus simpáticas sonrisas. Pero ya se frotan las manos porque antes de mitad de año pondrán en marcha Piecitos que Crecen, su próxima aventura para sumar aliados y que no le falte calzado a ningún pibe y a ninguna piba.
Si de solidaridad se trata, a María Laura Companys y Fernanda Supzeszyn poco les importa terminar el día agotadas y haber dejado a la familia de lado. Había una misión que cumplir y a lo largo de más de 14 horas de un sábado la única prioridad era la logística y organización para que todo termine como era debido.
Contaron, es válido expresarlo, con una enorme colaboración, de personas que, con sus hijos, veían la movida y se entusiasmaban con seguir ayudando, más allá de aportar los útiles escolares que la campaña pretendió juntar. Entonces todo se hizo más fácil, como siempre ocurre cuando los eslabones están bien unidos y hacen de una cadena un elemento sólido.
El Proyecto Mochi 2019 llegó a su fin ayer, con la recolección de los productos en el club Les Quatre Barres, de Castelar. Por allí desfilaron una innumerable cantidad de vecinos de la región que no quisieron perderse la noble ocasión de entregar algún lápiz, cartuchera, goma, fibra, hojas, carpeta de manera integral en una mochila o, sorprendentemente, de manera aislada, en un gesto que enaltece a los anónimos participantes.
“Se juntó un poco menos que el año pasado pero se dio un fenómeno que hizo que mucha gente no pudiera donar una mochila completa pero igual donó útiles sueltos. Eso muestra que quieren seguir siendo parte del proyecto con lo que se pueda, que también es bienvenido”, resume Companys en conversación con Primer Plano Online.
“Juntamos un tanto menos porque el proyecto se replicó en varios lugares como Mendoza, Tucumán, Olavarría, La Plata, desde donde antes las mandaban para acá y ahora pudieron recibirlas directamente. Como sea, lo importante es que la propuesta crece y la solidaridad también”, reflexionó Supzeszyn.
Entre las cosas que llegaron para enviar a nenes y nenas de comedores e instituciones de ayuda desparramadas por todo el país hubo escarapelas tejidas a mano, guardapolvos y hasta mochilas a las que el donante no le pudo agregar contenido. Pero, como una mano lava la otra, entre todos pudieron ponerle los variados artículos que llegaron y así dejarla lista para que el receptor tenga lo indispensable para comenzar su ciclo lectivo.
Además, hubo empresas y particulares que son parte del proyecto colaborando con el transporte, algo clave para que la distribución sea rápida y lo más dinámica posible. Eso no se remite sólo a llevar las mochilas una vez embaladas sino que también hubo quienes fueron a los centros de acopio y luego las llevaron a Castelar. Todo es un mecanismo solidario inmenso, como el corazón agradecido de quienes reciben los útiles.
Por unos días, luego de terminar de hacer el respectivo inventario para publicar los números finales, Companys y Supzeszyn harán que se ocupan de otra cosa y no llamarán la atención por las redes con sus simpáticas sonrisas. Pero ya se frotan las manos porque antes de mitad de año pondrán en marcha Piecitos que Crecen, su próxima aventura para sumar aliados y que no le falte calzado a ningún pibe y a ninguna piba.
Fuente: Primer Plano
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