Paro de docentes universitarios: ¿por qué no hay clases en las universidades públicas?

Por tercera semana las universidades nacionales no tienen clases debido a una medida de fuerza de los docentes. Los profesores de las universidades nacionales y los colegios preuniversitarios realizan un paro toda la semana por el “insuficiente aumento salarial” y por “la crisis presupuestaria” que atraviesan las universidades. Acá te presentamos datos sobre salarios e infraestructura para entender el conflicto.

Salarios

El Ministerio de Educación de la Nación otorgó dos aumentos: un 5% en mayo y un 5,8% en agosto. La oferta del Gobierno es del 15% en tres tramos (5% en mayo y 5,8% en agosto -ya dados unilateralmente- y un 4,2% adicional en octubre). Esta oferta no tiene cláusula gatillo, es decir, que no habría nuevos aumentos que se disparen si la inflación supera la suba salarial acordada inicialmente, algo que tanto el Gobierno como consultoras privadas prevén que pasará este año.
Los docentes rechazaron la propuesta y, además del paro, convocaron a una marcha nacional por aumento salarial y mayor presupuesto para el jueves 30 de agosto. Los principales pedidos de los gremios son un aumento salarial del 30% y una cláusula gatillo de actualización por inflación, como la que firmó el Gobierno en 2017.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central (donde se miden las expectativas de cerca de 50 consultoras y especialistas), en 2018 la inflación sería del 31,8 por ciento. La inflación para el período marzo 2018 y marzo 2019, los meses que se discuten en esta paritaria, sería menor y estaría cerca del 30% según este mismo relevamiento, por encima del 15% que se oferta oficialmente.
En 2017 el acuerdo paritario incluyó una cláusula gatillo, por lo que el aumento del salario igualó a la inflación en el período de marzo-marzo (25,4% según el INDEC).

Infraestructura

El presupuesto inicial para las universidades nacionales en 2018 fue de $95 mil millones, un 26% más que lo presupuestado inicialmente en 2017, un aumento levemente superior a la inflación del último año de 24,8% según el INDEC. Sin embargo, todavía resta saber la ejecución de estos fondos y las universidades se quejan de que no se está cumpliendo lo previsto en dicha ley.
En un comunicado el Consejo Interuniversitario Nacional denunció que hay “obras licitadas que no han comenzado, presentan retrasos o están detenidas”. Según aseguró esta entidad que nuclea a más de 60 universidades e institutos universitarios de todo el país, “el conjunto de obras en estas condiciones supera los $3 mil millones, lo que implica un enorme daño al normal funcionamiento” de estas instituciones.
Desde el Ministerio de Educación de la Nación aseguraron a Chequeado que las obras que estaban en marcha siguen a ritmo normal, pero admitieron que sí se han postergado las obras nuevas planeadas para este año. Además, desde la cartera que lidera el ministro Alejandro Finocchiaro afirmaron que esto se realizó porque se tomaron “otras prioridades edilicias” en otros niveles educativos y admitieron que hubo un período del año en el que las transferencias de gastos corrientes “se estiraron” más de lo normal, pero -dijeron- “ya se encuentran regularizadas”.
Las quejas de las universidades se suman a las críticas de muchos científicos por la pérdida del poder adquisitivo de los investigadores, por el desfinanciamiento de la Ciencia y las condiciones edilicias de las universidades (si bien muchos de los científicos pueden trabajar para otras organizaciones como el Conicet, generalmente lo hacen en edificios de universidades). Uno de esos ejemplos es el caso de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que hace cuatro meses que no tiene gas.
Fuente: Chequeado.com

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