El hospital Posadas ya realizó más de 130 cirugías bariátricas

Es una alternativa para quienes padecen obesidad mórbida y sus enfermedades asociadas. Los pacientes son atendidos por un equipo multidisciplinario de especialistas. La experiencia de quienes cambiaron su vida tras ser intervenidos.

“Ahora, tengo mi autoestima elevada, me siento ágil, soy otra, volví a vivir”, contó entusiasmada, a El1 Digital, Blanca Gamarra, una paciente del Equipo Multidisciplinario de Cirugía Bariátrica del hospital Posadas, de la localidad moronense de El Palomar. Dicho servicio ya realizó más de 130 cirugías a pacientes con obesidad mórbida y/o que, sin llegar al índice de masa corporal que indica esa afección, tienen enfermedades graves derivadas del sobrepeso. En noviembre, comienza la entrega de turnos a los interesados.
Dado que la obesidad es una enfermedad compleja que, en Argentina, afecta al 23,8 por ciento de la población, el hospital Posadas conformó un equipo de médicos clínicos, endocrinólogos, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, cardiólogos, diabetólogos y de otras especialidades para atender los cuadros más severos, con un tratamiento integral que puede incluir como alternativa una serie de procedimientos quirúrgicos para lograr la disminución de peso y, con ello, el avance de enfermedades que ponen en riesgo la vida de los pacientes.
"El éxito siempre depende de que uno no abandone. Si querés mantenerte, tenés que cambiar el modo de vida", sentenció Blanca.
Los segundos martes de cada mes, en las aulas 8 y 9 del tercer Piso E del Posadas, los médicos brindan una charla a la que concurre gente de todo el país para informarse sobre los tratamientos disponibles y, particularmente, las operaciones bariátricas que realizan: la manga gástrica, el by pass y el mini-by pass. Dichos procedimientos se realizan a criterio de los especialistas y en base a la evolución de los pacientes en el tratamiento que tiene tres pilares: alimentación saludable, cambio de mentalidad (orden y constancia) y actividad física. Sin incorporar estos buenos hábitos, la cirugía bariátrica es inviable.
La operación es una de las últimas instancias de un largo camino que comienza con la consulta con un clínico y un nutricionista. Tras meses de estudios, controles con especialistas, atención psicológica y nutricional, si el paciente da muestras de incorporar los tres pilares del tratamiento a su vida, llegará la ansiada operación. Luego, los chequeos y la terapia psicológica seguirán rigurosos. Al año, aproximadamente, vendrá la cirugía reconstructiva para retirar los excesos de piel y, más adelante, en el caso de las mujeres, la mamoplastía.
Las operaciones son laparoscópicas, para pacientes con obesidad mórbida, es decir con un índice de masa corporal (IMC) de 40 o un poco menor pero con enfermedades que ponen en riesgo su vida, como la diabetes y los problemas cardíacos, entre otras. Los próximos turnos para ingresar al plantel de pacientes de Cirugía Bariátrica se darán a partir de comienzos de noviembre. El Equipo de Bariátrica aspira a que, en el proceso, sus pacientes hayan logrado lo más valioso para mantenerse sanos, cambiar su forma de vida.
Dos ejemplos de recuperación y superación 
Al conocer a Blanca Gamarra y Aída Bustos es difícil imaginarse que estas mujeres que, hoy, irradian salud y felicidad llegaron al hospital hace dos años con cuadros graves derivados de su sobrepeso. Blanca pesaba 120 kilos y padecía un severo problema inmunológico, trombofilia positiva y colagenopatía general. Aída pesaba 117, era diabética insulino requiriente, tenía trombosis de pierna, úlcera, hipertensión arterial y vejiga neurogénica. Ambas fueron operadas y, actualmente, pesan 70 y 75 kilos respectivamente. Se ven y se sienten espléndidas.
Dejé la insulina y todos los medicamentos, solo tomo vitaminas y me sigue controlando la diabetóloga y la nutricionista”, contó Aída a El1 Digital. Blanca coincidió: “Los problemas de salud son de por vida pero mejoraron el cien por ciento. A mí me operan después de un año de estar en el plantel, con 95 kilos. Después de que me hicieron la manga gástrica llegué a pesar 68, pero no me vi bien ahí, fui a 71 y descubrí que ese es mi peso. Me hicieron la reparadora, me sacaron dos kilos de piel y ocho de grasa”.
“Yo había tocado fondo, lloraba, tenía problemas con mi marido, sentía la discriminación. Ahora, soy otra persona, mi autoestima está elevada, soy ágil, me siento una diosa. Volví a vivir y no quiero perder esta oportunidad que es única para mí. Porque el plantel que existe acá, que te estimula para que puedas ver los logros, con médicos a los que uno se puede acudir cuando lo precisa, otros no lo tienen. Por su puesto, el éxito siempre depende de que uno no abandone. Si querés mantenerte, tenés que cambiar el modo de vida”, recalcó Blanca tras su exitosa experiencia post-bariátrica.

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