Entre los ñoquis y el trabajo precario: el problema de los despidos en el Estado

Los despidos y bajas de contratos en el Estado fueron motivados por situaciones de sobrepoblación en despachos oficiales y una gran cantidad de nombramientos políticos.
El recorte alcanzó a trabajadores sometidos a contrataciones precarias por parte de la gestión kirchnerista, convertidos en rehenes de un Estado que no sabe o no quiere resolver esa situación. Hasta el momento, el Gobierno no dio información oficial sobre casos puntuales de “ñoquis”, pese a ser el argumento principal para la reducción del personal.
Durante el último año de gestión de Cristina Kirchner se conocieron nombramientos masivos en distintas áreas del Estado que incrementaron exponencialmente la planta de trabajadores. La administración de Mauricio Macri apuntó a retrotraer esa situación y a revisar la posible presencia de empleados ociosos: los llamados “ñoquis”. Sin embargo, ante consultas de #Borderperiodismo en el Senado -donde tuvo lugar la primera baja de contratos- en Casa de Gobierno, el ex Ministerio de Planificación y el Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK) no hubo información puntual sobre casos de ese tipo, sino que apuntaron principalmente a un exceso de empleados.
En el Senado, la vicepresidenta Gabriela Michetti dio de baja 2.035 contratos, entre los que hay varios cargos políticos con apellidos familiares, como Eduardo Menem, hermano del senador Carlos Menem, y Sandra Catalán Magni, emparentada con el senador Julio Catalán Magni, entre otros de la lista a la que tuvo acceso este portal. En esa nómina figura también la Silvina Scheffler, expareja del exsenador nacional de la UCR Eugenio “Nito” Artaza, quien defendió en los últimos días el nombramiento al asegurar que la joven cumplía funciones.
No obstante, las fuentes oficiales de Presidencia del Senado no señalaron ningún caso puntual de “ñoquis”, sino una situación de “exceso de personal” en áreas como Senado TV, que entre el 9 de noviembre y el 9 de diciembre de 2015 pasó de tener 30 empleados a 110.En términos generales, durante 2015 la planta permanente de la Cámara alta se triplicó y eso sirvió como justificación para dar de baja esos más de dos mil empleados.
En Casa Rosada, en tanto,  señalaron una situación similar al señalar que había despachos en las que “los escritorios no alcanzaban para la cantidad de gente que entró en el último mes” de gestión kirchnerista. Uno de los ejemplos que dieron a este portal fue la Secretaría de Medios, donde figuraban 500 empleados repartidos en apenas tres oficinas.
Lo complejo de esta situación es que la reducción de la planta de empleados del Estado en distintas áreas afectó a trabajadores que cumplían funciones regularmente pero con contratos precarios. De hecho, la irregularidad de las formas de contratación fue remarcada por el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán
Lombardi, al justificar el despido de 600 empleados del CCK.
Uno de esos trabajadores, que pidió mantener su nombre en reserva, relató a #Borderperiodismo su situación. El joven había ingresado al Ministerio de Planificación a comienzos de 2015 y hasta la asunción del nuevo Gobierno se desempeñaba en el CCK. “Yo cobraba a través de un convenio que triangulaba el Ministerio de Planificación con la Universidad de La Matanza y facturaba mensualmente”, contó y agregó: “Las únicas dos formas de trabajo eran por factura y la ley marco, que era como una planta transitoria en la que renovaban el contrato por año”.
El empleado del CCK indicó que “nadie se acercó a ofrecer una regularización de la situación laboral” y agregó: “Es cierto que los contratos que dieron de baja vencían el 31 de diciembre, pero se aprovecharon de esa situación de precarización para echar a los que trabajan nadie nos ofreció otra opción“. Finalmente, para derribar el mito instalado en torno a los despedidos del CCK, remató: “Los ñoquis no salen a la calle a protestar”.
Por su parte, una trabajadora que se desempeñaba en el área de Comunicación del Ministerio de Planificación desde 2013 graficó una situación similar: “Nunca se creó la Dirección de Recursos Humanos ni la estructura para contratar gente de manera regular, toda la gente que trabajó en estos años lo hizo en manera irregular y como máximo se podía aspirar al paraguas de la ley marco”.
En el Senado, en tanto, un empleado de prensa del bloque de la UCR con varios años de antigüedad en la Cámara alta encontró su nombre en la lista de los 2.035 contratos dados de baja y, consultado por este medio, contó que en su caso lo que hicieron fue frenar su recategorización. Sin embargo, señaló hay “mucha gente que directamente se queda sin trabajo y que son laburantes de la casa”. Sin poder ocultar la bronca, agregó: “Hay otras metodologías para ordenar la planta, no ésta”.
Una asesora de comisión de la Cámara alta, por su parte, sostuvo que “no hay que desconocer que hubo desprolijidades de la gestión anterior, pero está pagando el pato el laburante”. Al similar señaló un ordenanza con varios años de antigüedad en el Senado: “Hay gente de limpieza que estuvo varios años esperando el pase a planta permanente y le salió recién en 2015, pero como la lista de despedidos es sábana, cayó ahí y no sabe qué va a pasar”.
Según pudo saber #Borderperiodismo de altas fuentes parlamentarias, todos los bloques del Senado llegaron a un acuerdo para que los despidos sean menos de los 2.035 anunciados. La idea es jubilar a las 300 personas que ya tienen más de 65 años y siguen trabajando, y dar de baja a las 800 que ingresaron en 2015 y fueron pasadas a planta permanente en cuestión de pocos meses, situación injusta para aquellos trabajadores que consiguieron el pase después de esperar más de 3 años.
Días atrás, el jefe del bloque del Frente para la Victoria del Senado, Miguel Ángel Pichetto,atento a esta situación, aseguró que su bancada (que tiene mayoría) “acompaña el reordenamiento administrativo de la Cámara” pero quiere “encontrar un marco de racionalidad” y “defender a la gente que trabaja, esos se tienen que quedar”. En las otras áreas del Estado, sin embargo, ni siquiera hubo una definición de este tipo. Se sigue hablando de “ñoquis” sin nombrar un caso puntual mientras el recorte de personal avanza, sin decir ni una palabra sobre la regularización de los trabajadores  sometidos a contratos precarios.
“Uno no elige la forma de contratación cuando necesita trabajar”, explicó el empleado del CCK que al igual que otros en su situación, no es más que un trabajador que cumple sus tareas dentro de un Estado que no le cumple de igual forma como empleador y pasa, sin escalas, de la precarización laboral al despido inmediato.

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