Carmen Galarza es la mujer de un policía mencionada por muchos testigos como colaboradora de los represores. Los otros acusados son Mario Domingo Rulli, suboficial auxiliar de la Fuerza Aérea, y Julio Narciso Flores, segundo cabo de esa fuerza.
En 2006, un equipo con cámaras recorrió la villa Carlos Gardel con Victoria Donda para reconstruir un tramo de la vida de su madre. La Cori, María Hilda Pérez, era la responsable política de la JP de ese territorio vecino al Hospital Posadas.
Durante la recorrida, una vecina del barrio, Carmen Galarza, dejó su departamento en el monoblock 1 anexo 8 para acercarse hasta el inspector municipal que los acompañaba. “Fui a hablar con ella porque suele andar con una riñonera con un arma”, comentó el inspector a un cronista de este diario que hizo ese recorrido, y continuó: “Es una pesada. Los pibes la tienen catalogada como buchona. Me preguntó qué estaban haciendo con las cámaras. Cuando le conté, dijo: ‘Estos son zurditos, de los derechos humanos. Ya van a ver’”.
El juez federal Daniel Rafecas acaba de procesar a Galarza. La mujer vecina de la Carlos Gardel era esposa de un policía, cabo primero en la comisaría segunda de Morón, con destino en la subcomisaría de Villa Sarmiento, y es una de las personas continuamente mencionadas por sobrevivientes del centro de detención y exterminio ubicado en la Mansión Seré. El juez la procesó como partícipe secundaria del secuestro de tres personas, trasladadas a Mansión Seré y a la comisaría de Castelar. Rafecas destacó que es la primera mujer procesada que no pertenece a ninguna fuerza de seguridad.
“Se ocupaba de informar al personal de la Fuerza Aérea cuáles eran los vecinos que tenían algún tipo de participación política; que luego estaba presente en los operativos de detención que se realizaban en consecuencia, y que incluso, una vez que se producían las detenciones asistía al domicilio de los familiares de los apresados a avisar que irían sus amigos, luego de lo cual efectivamente se producía la visita de personal de la Fuerza Aérea”, explicó el juzgado.
Fue señalada, afirma el procesamiento, “por varios testigos como una vecina del barrio que trabajaba para la Policía de la Provincia de Buenos Aires”. Su marido era Luis Ricardo Loizaga, que para la época era cabo en la comisaría 2ª de Morón, seccional Haedo, con destino en la subcomisaría de Villa Sarmiento.
Además de Galarza, el juzgado procesó a Mario Domingo Rulli y a Julio Narciso Flores, el primero fue suboficial auxiliar de la Fuerza Aérea y el segundo cabo de esa fuerza. Están acusados de secuestros y tormentos, en un caso por 69 víctimas y en otro por 32. Rulli era interrogador de la Mansión Seré y formó parte de las patotas que efectuaban las detenciones ilegales. Narciso Flores estuvo a cargo de la guardia de Seré.
La causa principal sumó otros dos imputados en diciembre. Son Omar Elisendo Hernández, comisario retirado, a cargo la comisaría 1ª de Moreno entre 1976 y 1979. Y José Ernesto Basilio, jefe de Operaciones de la Fuerza de Tareas 100, sobre quien se suspendió la orden de detención porque tiene un aparente cuadro de demencia que se está chequeando y está internado en una clínica de Palermo.
La causa por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención y exterminio conocido como Mansión Seré está dividida en varios tramos. Hubo un primer juicio hecho por 12 víctimas en 2008, realizado en Capital Federal y en el que se juzgó a dos responsables de la zona. Ahora se hace un nuevo juicio, que lleva ya un año, en el que se investigan los hechos sobre 97 víctimas y son juzgados diez represores por el Tribunal Oral Federal 5 de San Martín. Entre los juzgados están los ex brigadieres Hipólito Rafael Mariani, César Miguel Comes y Miguel Angel Ossés; el ex comisario Néstor Rubén Oubiña, el ex cabo primero Felipe Ramón Sosa, y el ex cabo y ex auxiliar de la Fuerza Aérea Héctor Oscar Seisdedos. También los suboficiales de la Fuerza Aérea, Daniel Alfredo Scali y Marcelo Eduardo Barberis.
Además de ellos, hay otros tres detenidos a la espera del juicio oral. Son tres responsables mayores, integrantes de la Regional de Inteligencia de Buenos Aires en Morón –RIBA–: el brigadier general retirado de la Fuerza Aérea Omar Domingo Rubens Graffigna, jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea; el mayor de la Fuerza Aérea Luis Tomás Trillo y el agente civil de Inteligencia de la Fuerza Aérea Francisco Gómez. Están procesados por el secuestro de Patricia Julia Roisinblit y José Manuel Pérez Rojo. Patricia Roisinblit estaba embarazada de ocho meses cuando la secuestraron. Dio a luz en la ESMA un varón que recuperó su identidad en el 2001, 23 años más tarde.
La causa comprende los hechos de la Subzona 16 del Primer Cuerpo del Ejército con un circuito represivo cuyo eje principal fue el centro clandestino de detención y tortura conocido como Mansión Seré, en Castelar y con proyección sobre Merlo, Moreno y Morón donde operó la I Brigada Aérea de El Palomar, la VII Brigada Aérea de Morón y las comisarías 1ª de Morón, 2ª de Haedo y 3ª de Morón, seccional Castelar. En el comunicado, el juzgado señala que la causa tiene en total 18 personas detenidas pero que entre ellos no están los jefes del CCD.
Por Alejandra Dandan para Página 12
En 2006, un equipo con cámaras recorrió la villa Carlos Gardel con Victoria Donda para reconstruir un tramo de la vida de su madre. La Cori, María Hilda Pérez, era la responsable política de la JP de ese territorio vecino al Hospital Posadas.
Durante la recorrida, una vecina del barrio, Carmen Galarza, dejó su departamento en el monoblock 1 anexo 8 para acercarse hasta el inspector municipal que los acompañaba. “Fui a hablar con ella porque suele andar con una riñonera con un arma”, comentó el inspector a un cronista de este diario que hizo ese recorrido, y continuó: “Es una pesada. Los pibes la tienen catalogada como buchona. Me preguntó qué estaban haciendo con las cámaras. Cuando le conté, dijo: ‘Estos son zurditos, de los derechos humanos. Ya van a ver’”.
El juez federal Daniel Rafecas acaba de procesar a Galarza. La mujer vecina de la Carlos Gardel era esposa de un policía, cabo primero en la comisaría segunda de Morón, con destino en la subcomisaría de Villa Sarmiento, y es una de las personas continuamente mencionadas por sobrevivientes del centro de detención y exterminio ubicado en la Mansión Seré. El juez la procesó como partícipe secundaria del secuestro de tres personas, trasladadas a Mansión Seré y a la comisaría de Castelar. Rafecas destacó que es la primera mujer procesada que no pertenece a ninguna fuerza de seguridad.
“Se ocupaba de informar al personal de la Fuerza Aérea cuáles eran los vecinos que tenían algún tipo de participación política; que luego estaba presente en los operativos de detención que se realizaban en consecuencia, y que incluso, una vez que se producían las detenciones asistía al domicilio de los familiares de los apresados a avisar que irían sus amigos, luego de lo cual efectivamente se producía la visita de personal de la Fuerza Aérea”, explicó el juzgado.
Fue señalada, afirma el procesamiento, “por varios testigos como una vecina del barrio que trabajaba para la Policía de la Provincia de Buenos Aires”. Su marido era Luis Ricardo Loizaga, que para la época era cabo en la comisaría 2ª de Morón, seccional Haedo, con destino en la subcomisaría de Villa Sarmiento.
Además de Galarza, el juzgado procesó a Mario Domingo Rulli y a Julio Narciso Flores, el primero fue suboficial auxiliar de la Fuerza Aérea y el segundo cabo de esa fuerza. Están acusados de secuestros y tormentos, en un caso por 69 víctimas y en otro por 32. Rulli era interrogador de la Mansión Seré y formó parte de las patotas que efectuaban las detenciones ilegales. Narciso Flores estuvo a cargo de la guardia de Seré.
La causa principal sumó otros dos imputados en diciembre. Son Omar Elisendo Hernández, comisario retirado, a cargo la comisaría 1ª de Moreno entre 1976 y 1979. Y José Ernesto Basilio, jefe de Operaciones de la Fuerza de Tareas 100, sobre quien se suspendió la orden de detención porque tiene un aparente cuadro de demencia que se está chequeando y está internado en una clínica de Palermo.
La causa por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención y exterminio conocido como Mansión Seré está dividida en varios tramos. Hubo un primer juicio hecho por 12 víctimas en 2008, realizado en Capital Federal y en el que se juzgó a dos responsables de la zona. Ahora se hace un nuevo juicio, que lleva ya un año, en el que se investigan los hechos sobre 97 víctimas y son juzgados diez represores por el Tribunal Oral Federal 5 de San Martín. Entre los juzgados están los ex brigadieres Hipólito Rafael Mariani, César Miguel Comes y Miguel Angel Ossés; el ex comisario Néstor Rubén Oubiña, el ex cabo primero Felipe Ramón Sosa, y el ex cabo y ex auxiliar de la Fuerza Aérea Héctor Oscar Seisdedos. También los suboficiales de la Fuerza Aérea, Daniel Alfredo Scali y Marcelo Eduardo Barberis.
Además de ellos, hay otros tres detenidos a la espera del juicio oral. Son tres responsables mayores, integrantes de la Regional de Inteligencia de Buenos Aires en Morón –RIBA–: el brigadier general retirado de la Fuerza Aérea Omar Domingo Rubens Graffigna, jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea; el mayor de la Fuerza Aérea Luis Tomás Trillo y el agente civil de Inteligencia de la Fuerza Aérea Francisco Gómez. Están procesados por el secuestro de Patricia Julia Roisinblit y José Manuel Pérez Rojo. Patricia Roisinblit estaba embarazada de ocho meses cuando la secuestraron. Dio a luz en la ESMA un varón que recuperó su identidad en el 2001, 23 años más tarde.
La causa comprende los hechos de la Subzona 16 del Primer Cuerpo del Ejército con un circuito represivo cuyo eje principal fue el centro clandestino de detención y tortura conocido como Mansión Seré, en Castelar y con proyección sobre Merlo, Moreno y Morón donde operó la I Brigada Aérea de El Palomar, la VII Brigada Aérea de Morón y las comisarías 1ª de Morón, 2ª de Haedo y 3ª de Morón, seccional Castelar. En el comunicado, el juzgado señala que la causa tiene en total 18 personas detenidas pero que entre ellos no están los jefes del CCD.
Por Alejandra Dandan para Página 12
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