NADO SOLIDARIO
Gustavo Villarreal es nadador paralímpico master. El sábado realizó una de las proezas más complejas de su carrera; unió a nado las Ciudades de Colón y Concepción del Uruguay, una distancia de 32 kilómetros río abajo con el objetivo solidario de conseguir alimentos y útiles para la escuela isleña Nº 84, en la provincia de Entre Ríos. En diálogo con El1 Digital repasó su historia de superación constante.
“Es un nado totalmente solidario, buscamos recaudar alimentos no perecederos, útiles, ropa, elementos didácticos para la escuelita”, comentaba ansioso Gustavo, antes de la prueba en la que iba a intentar, una vez más, vencer el agua y los miedos, que alguna vez truncaron su innegable vocación de nadador.
El deportista fue galardonado en varias oportunidades por su destreza física. Gustavo, que en el año 1982 cursaba los estudios para ser guardavidas, sufrió un accidente en moto que le costó la amputación la mitad de su pierna izquierda. Luego de ese fatídico accidente, se vio inmerso en una depresión que lo acercó al consumo de drogas. Finalmente, en 1999 conoció a Claudia, su esposa, quien lo ayudó a revertir esa situación y lo incentivó a volver a su antiguo amor; la natación.
Desde ese entonces no paró nunca. En 2007, fue subcampeón argentino Master en 100 metros mariposa en 2007, campeón argentino paralímpico en 2009 en la carrera de aguas abiertas de 5 kilómetros en Santa Fe; campeón metropolitano 2010 en 100 m. mariposa, y subcampeón argentino de ese año en los 200 m. de la misma especialidad. En 2012, se sumergió en el Rio de La Plata y nadó 20 kilómetros hacia la costa bonaerense. Ayer, si bien estas aguas no tienen la misma bravura, la cantidad de kilómetros recorridos fueron un verdadero desafío para este hombre que, a donde vaya, pregona su mensaje de optimismo y conciencia.
Gustavo Villarreal es nadador paralímpico master. El sábado realizó una de las proezas más complejas de su carrera; unió a nado las Ciudades de Colón y Concepción del Uruguay, una distancia de 32 kilómetros río abajo con el objetivo solidario de conseguir alimentos y útiles para la escuela isleña Nº 84, en la provincia de Entre Ríos. En diálogo con El1 Digital repasó su historia de superación constante.
“Es un nado totalmente solidario, buscamos recaudar alimentos no perecederos, útiles, ropa, elementos didácticos para la escuelita”, comentaba ansioso Gustavo, antes de la prueba en la que iba a intentar, una vez más, vencer el agua y los miedos, que alguna vez truncaron su innegable vocación de nadador.
El deportista fue galardonado en varias oportunidades por su destreza física. Gustavo, que en el año 1982 cursaba los estudios para ser guardavidas, sufrió un accidente en moto que le costó la amputación la mitad de su pierna izquierda. Luego de ese fatídico accidente, se vio inmerso en una depresión que lo acercó al consumo de drogas. Finalmente, en 1999 conoció a Claudia, su esposa, quien lo ayudó a revertir esa situación y lo incentivó a volver a su antiguo amor; la natación.
Desde ese entonces no paró nunca. En 2007, fue subcampeón argentino Master en 100 metros mariposa en 2007, campeón argentino paralímpico en 2009 en la carrera de aguas abiertas de 5 kilómetros en Santa Fe; campeón metropolitano 2010 en 100 m. mariposa, y subcampeón argentino de ese año en los 200 m. de la misma especialidad. En 2012, se sumergió en el Rio de La Plata y nadó 20 kilómetros hacia la costa bonaerense. Ayer, si bien estas aguas no tienen la misma bravura, la cantidad de kilómetros recorridos fueron un verdadero desafío para este hombre que, a donde vaya, pregona su mensaje de optimismo y conciencia.
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