La Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) promueve, hasta el 16 de marzo, la Semana Mundial de la Sal para crear conciencia sobre los riesgos de su consumo excesivo. Lorena Allemandi, investigadora de la organización, dialogó con El1 Digital acerca de los riesgos de consumir altos niveles de sodio.
Durante esta semana, la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) lanza la Semana Mundial de la Sal, una campaña de prevención sobre los riesgos de su consumo excesivo, ya que, según la organización, los estudios demuestran que se ha multiplicado la ingesta.
Lorena Allemandi, investigadora de la organización, aseguró que el 70 por ciento de la sal que se consume ya está incluido en los alimentos industrializados más comunes: panes, embutidos, enlatados, congelados, quesos, caldos, sopas y envasados en general, porque se incorpora durante el mismo proceso de elaboración.
La fundación realizó un estudio de investigación nutricional para conocer el contenido de sodio que tienen los alimentos. Como conclusión, se demostró que el grupo de salsas y aderezos lidera la lista de alimentos más salados, le sigue el grupo de carnes y productos en base a ella y, en el tercer lugar, se encuentran los snacks.
Allemandi sostiene que el excesivo consumo puede causar enfermedades. Además, señaló que “muchos de los alimentos que comen los chicos tienen mucha sal, y que todo esto es un alerta para seguir haciendo el monitoreo para ver si la ley se cumple para que reduzcan ese contenido”.
El consumo de sal, según la ley
A fines de 2013, se sancionó en Argentina la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio, que abarca varias medidas, como regular el contenido en ciertos grupos de alimentos, concientizar a la población y encarar diversas estrategias en restaurantes.
La investigadora subrayó que la idea no es eliminarla pero que es importante reducirla de manera gradual. También, aconseja aumentar el consumo de frutas y verduras, condimentar con especias y limón, comer más productos naturales en lugar de productos procesados, y hacer más actividad física. Además, aseguró que al paladar le lleva dos o tres meses acostumbrarse a comer con menos sal y lo que antes no parecía salado se vuelve salado.
Por último, la Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta diaria de cinco gramos de sal que equivale a 2000 miligramos de sodio.
Para contar con un parámetro sal / sodio, hay que tener en cuenta que un sobrecito como los que dan en los restaurantes contiene dos gramos de sal, que equivalen a 800 miligramos de sodio. Entonces, el límite de consumo recomendado por día sería de dos sobrecitos y medio de sal como máximo.
Durante esta semana, la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) lanza la Semana Mundial de la Sal, una campaña de prevención sobre los riesgos de su consumo excesivo, ya que, según la organización, los estudios demuestran que se ha multiplicado la ingesta.
Lorena Allemandi, investigadora de la organización, aseguró que el 70 por ciento de la sal que se consume ya está incluido en los alimentos industrializados más comunes: panes, embutidos, enlatados, congelados, quesos, caldos, sopas y envasados en general, porque se incorpora durante el mismo proceso de elaboración.
La fundación realizó un estudio de investigación nutricional para conocer el contenido de sodio que tienen los alimentos. Como conclusión, se demostró que el grupo de salsas y aderezos lidera la lista de alimentos más salados, le sigue el grupo de carnes y productos en base a ella y, en el tercer lugar, se encuentran los snacks.
Allemandi sostiene que el excesivo consumo puede causar enfermedades. Además, señaló que “muchos de los alimentos que comen los chicos tienen mucha sal, y que todo esto es un alerta para seguir haciendo el monitoreo para ver si la ley se cumple para que reduzcan ese contenido”.
El consumo de sal, según la ley
A fines de 2013, se sancionó en Argentina la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio, que abarca varias medidas, como regular el contenido en ciertos grupos de alimentos, concientizar a la población y encarar diversas estrategias en restaurantes.
La investigadora subrayó que la idea no es eliminarla pero que es importante reducirla de manera gradual. También, aconseja aumentar el consumo de frutas y verduras, condimentar con especias y limón, comer más productos naturales en lugar de productos procesados, y hacer más actividad física. Además, aseguró que al paladar le lleva dos o tres meses acostumbrarse a comer con menos sal y lo que antes no parecía salado se vuelve salado.
Por último, la Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta diaria de cinco gramos de sal que equivale a 2000 miligramos de sodio.
Para contar con un parámetro sal / sodio, hay que tener en cuenta que un sobrecito como los que dan en los restaurantes contiene dos gramos de sal, que equivalen a 800 miligramos de sodio. Entonces, el límite de consumo recomendado por día sería de dos sobrecitos y medio de sal como máximo.
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