" El próximo 8 de diciembre celebramos la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Ella es la mujer elegida por Dios para ser la madre de Jesucristo. Esto es lo propio de María. Aquel saludo: "¡Alégrate llena de gracia!, que luego su prima santa Isabel, llena del Espíritu Santo, lo confirma con su testimonio:
"¡Tú eres bendita entre todas la mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!" (Lc. 1, 28.42), nos habla de su elección. Su Inmaculada Concepción es la primera consecuencia de aquel "llena de gracia", porque iba a ser la madre del Salvador. Nació como nosotros, ella de santa Ana y san Joaquín, pero fue preservada en su concepción de la mancha del pecado original. Esta gracia personal no le quita su condición humana con todo lo que tiene de pequeñez y límite. María sigue siendo mujer, aunque en su vida se haya dado una intervención especial del plan de Dios.
Esta obra de Dios, que ella la expresa diciendo: "El Señor hizo en mí maravillas", es la fuente del reconocimiento e inmediata devoción de los primeros cristianos."
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